Tribuna

Una Barcelona contra la crisis

Teleasistencia municipal.

Teleasistencia municipal.

JORDI MARTÍ

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Son días de precampaña electoral. El debate político centra su atención en Catalunya mientras las difíciles vicisitudes por las que están atravesando las ordenanzas fiscales y el presupuesto de su capital,Barcelona, parecen descansar en los márgenes de la actualidad. Solo el hecho de que el gobierno municipal haya tenido que prorrogar, por primera vez en democracia, sus ordenanzas fiscales ha permitido poder fijarnos un poco en lo que está ocurriendo en el ayuntamiento. Una congelación

-a la que se ha llegado por la ausencia negociadora deTrias,que actúa como si tuviese mayoría absoluta- que esconde una realidad: en el contexto de crisis profunda por el que transitamos las cuentas de Barcelona tienen una notable relevancia ya que juegan un papel importante en la capacidad pública de dar respuesta a la crisis.

La salud financiera del consistorio, heredada de los diversos gobiernos de izquierdas, ofrece un abanico de posibilidades más amplio que el de aquellas administraciones atenazadas por su deuda. Barcelona dispone, aunque afirmarlo en los tiempos que corren cueste de creer, de recursos para hacer frente a la crisis. La cuestión es cómo utilizar esta capacidad económica. Las opciones son múltiples pero las actitudes, solo dos: la conservadora, que minimiza el gasto, rebaja deuda y obliga a recortar y a cargar los costes de la crisis sobre los más débiles; y la progresista, la que sin dañar la sostenibilidad financiera sabe que el gasto público es, hoy, básico para que la economía repunte y pueda paliar los efectos sociales de la crisis.

La propuesta de ordenanzas fiscales y de presupuesto que ha presentado el alcaldeTriasresponde a la primera actitud y sitúa las cuentas municipales al mismo nivel de gasto no financiero del 2008. Con el gasto corriente propuesto, cabe reseñarlo, habrán recortes en los servicios del ayuntamiento, la única institución que hasta ahora había podido cubrir todas sus obligaciones e, incluso, contribuir a tapar los agujeros que dejaban otras, especialmente la Generalitat.Triasnos ha alertado de que estamos ante una situación de «emergencia nacional». Sus números, sin embargo, no son coherentes con esta afirmación. El Grupo Municipal Socialista ha presentado al alcalde una alternativa a su presupuesto que sí responde a esta situación extrema y que se articula, de manera sucinta, en:

1. Construir un marco económico a tres años (2013-2015) con el que poder generar un fondo de 400 millones de euros adicionales. ¿Cómo? A través de la gestión del patrimonio municipal, de un crecimiento de la deuda hasta el 60% de los ingresos corrientes, que seguiría siendo inferior a lo que marca la ley, y la incorporación presupuestaria de toda la transferencia del Estado prevista para el 2013, inexplicablemente recortada en la propuesta de Triasen 91 millones de euros.

2. Mantener los precios públicos al nivel de 2012 -especialmente el Bicing-, no incorporar el copago en la teleasistencia dirigida a la tercera edad y, en cambio, eliminar algunas bonificaciones fiscales para garantizar los ingresos previstos.

3. Generar cinco millones de euros adicionales ahorrando de partidas que inexplicablemente se incrementan en la propuesta para el 2013: publicidad, personal eventual y estudios e informes.

4. Establecer un acuerdo marco con la Generalitat de Catalunya que fije plazos específicos para el pago de la deuda que mantiene con el ayuntamiento y que se sitúa sobre los 150 millones de euros.

Este esfuerzo por hacer crecer los ingresos sin alterar la salud económica municipal permitiría insuflar un poco de oxígeno a la dramática situación social y lanzar señales positivas para el crecimiento de la economía. Todos los proyectos que hemos propuesto los socialistas -con la defensa del sistema educativo en primer término- van en esa dirección: desde el plan de barrios al fondo dedicado a investigación y desarrollo; desde el plan para erradicar la pobreza a las políticas activas de ocupación juvenil; desde el plan Besòs a la apuesta por una política de vivienda que ampare a los que sufren la nueva lacra de los desahucios.

Es hora de reformatear la lista de prioridades. No podemos gastarnos una fortuna en esconder los coches en Glòries o en renovar las líneas de buses urbanos mientras el fantasma de la desnutrición infantil asoma de nuevo la cabeza. A situación de emergencia, presupuestos de emergencia. Expertos económicos han definido Barcelona como una isla en mitad de la tormenta. El presupuesto conservador deTrias,sin embargo, nos pone a merced de las olas de la recesión y esconde la cabeza bajo la excusa del continuismo.

Los ciudadanos deben saber que existe una alternativa. Si el alcalde apuesta por ella ya sabe dónde encontrarnos.