El turismo de Barcelona crece pero acusa la variada oferta de alojamiento

Si hace unos años el auge turístico se anunciaba con alegría en Barcelona, en los últimos tiempos se aplaude solo de puertas adentro en el sector. Con el debate abierto sobre el modelo turístico de la ciudad, hay pudor a la hora de exhibir crecimiento. Lo que para otras ciudades sabe a éxito, aquí puede alentar las quejas de los barrios más saturados. Pero la realidad es que la capital catalana, sin una estricta temporada alta porque registra buenos resultados casi todo el año, creció el 5% en viajeros en el primer semestre y sigue la misma dinámica en verano, como se preveía.

No hay todavía datos oficiales, pero a título individual en diversos hoteles admiten haber estado hasta ahora entre 4 y 10 puntos de ocupación por encima del pasado verano. Agosto, con un turismo más popular, no está siendo tan apoteósico para estos establecimientos como julio, pero las cifras son buenas. Quien sí concreta datos es la patronal de los pisos de uso turístico Apartur, que calcula que en julio y agosto la ocupación ha estado en torno al 85%, un nivel parecido al año pasado pero con la diferencia de que la competencia es aún mayor.

Pese a que el ayuntamiento ha cortado el grifo a todo tipo de licencias, en lo que va de año se han ganado tanto camas legales de proyectos en marcha anteriormente, como sin regular, en el caso de los bed&breakfast en casas particulares, que siguen proliferando. En Apartur enfatizan que este ha sido un verano tranquilo, sin conflictividad vecinal y con una creciente cuota de clientes de tipo familiar. Para septiembre el pronóstico también es de alta ocupación.

Asimismo, los hoteleros prevén un buen final de verano. No obstante, en la última semana de agosto y con muchas plazas libres, los precios se sitúan desde los 50 euros por noche en los hostales hasta los 160 a 350 euros que rondan los de lujo.