TRIBULACIONES DEL GOBIERNO EN MINORÍA DE CIU EN TIEMPOS PREELECTORALES

Trias sufre otra derrota política, ahora por la gestión del turismo

PSC e ICV avalan la reprobación que insta el PP, socio ocasional de CiU, por la Barceloneta

Cadena humana de vecinos de la Barceloneta contra el turismo masivo, los pisos y el incivismo, el sábado.

Cadena humana de vecinos de la Barceloneta contra el turismo masivo, los pisos y el incivismo, el sábado.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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El gobierno en minoría del alcalde Xavier Trias, que dirige Barcelona en solitario con solo 14 de los 41 concejales, ha sufrido en casi tres años y medio de mandato varias derrotas políticas, tanto en plenos como en comisiones sectoriales. Igual de azaroso ha sido aprobar los tres presupuestos y los muchos proyectos que, a pesar de todo, están en marcha y transforman la faz urbana de numerosas zonas. El PP ha sido el socio necesario y ocasional, nunca formal, actuando a veces con un gran y hasta forzado protagonismo y otras casi en la sombra, que ha propiciado tales aprobaciones. Pero los tiempos cambian en todos los niveles de la política y, en especial, con las elecciones municipales a meses vista. Ayer, esos mismos populares amigos propiciaron una sonora y dolorosa reprobación de CiU a cuenta de la sublevación de la Barceloneta por el turismo masivo y sus lacras.

El traspiés se produjo en la comisión municipal de Hábitat Urbano con el teniente de alcalde del área, Antoni Vives, y la cuestionada concejala del distrito de Ciutat Vella, Mercè Homs, en la presidencia. Eduardo Bolaños justificó la proposición varapalo del PP «por la actuación y respuesta ante la proliferación de apartamentos ilegales, el incivismo, la falta de inspección y las medidas insuficientes de la concejala».

El PSC e ICV-EUiA, formación que negoció también ese texto, sumaron sus 11 y 5 votos respectivos a los nueve de los populares, aunque en sus intervenciones dispararon también contra Bolaños por «complicidad y corresponsabilidad» del PP en la situación que ha soliviantado a los vecinos. CiU solo recibió el apoyo de los dos votos de la UpB del republicano Jordi Portabella. La reprobación no tiene formalmente más consecuencias, pero ahí queda como un zarpazo añadido a la creciente contestación de otros barrios por el impacto del turismo masivo.

ORIGEN LEJANO / El PP ha aprobado muchas de las medidas de CiU en la materia. Por eso Vives acusó a Bolaños de «hacerse un autogol y de disparar al pie» además de considerar «desproporcionada» la proposición. El teniente de alcalde se revolvió ante las acusaciones de la socialista Assumpta Escarp y de Janet Sanz de ICV proclamando que «el modelo de masificación turística en absoluto es del mandato de CiU sino que viene de hace 10 y hasta 15 años».

Escarp dijo que el gobierno ha gestionado mal el tema y acusó al PP de contribuir a exacerbarlo al apoyar el cambio del plan de usos de Ciutat Vella, con el fin de la moratoria de nuevos hoteles, entre otras medidas. Sanz afirmó que el problema se ha agravado con la desregulación y la «política de barra libre» emprendida hace tres años. Portabella no quiso sumarse a una operación «desproporcionada, de tacticismo, desgaste y mala política». En la réplica, Bolaños trató de salvar su posición rechazando que fuera incongruente pues una cosa «es la gestión, cómo se aplica la normativa, por ejemplo las multas, que ha sido mala, y otra las medidas que su grupo apoyó».

El rifirrafe se tornó acuerdo poco después al apoyar todos otra propuesta de ICV que pide a la Generalitat cambiar la ley de pisos turísticos para obligarlos de nuevo a pedir licencias municipales.