FINCA REIVINDICADA

El Guinardó salvará la Torre Garcini para equipamientos

Janet Sanz anuncia un pacto con ERC, PSC y CUP para comprar o expropiar la masía

El edificio tapiado y rodeado de vegetación de la Torre Garcini, ayer.

El edificio tapiado y rodeado de vegetación de la Torre Garcini, ayer.

RAMON COMORERA / BARCELONA

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La finca singular y privada de la Torre Garcini, una de las últimas masías del densificado Guinardó que los vecinos reclaman desde hace una década, se salvará al fin para el barrio. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, anunció ayer en la misma puerta de la propiedad y con una compañía insólita formada por representantes de los tres grupos muncipales de izquierda en la oposición, que el edificio y el terreno se recalificarán como equipamiento público.

El apoyo de ERC, PSC y CUP permitirá al gobierno en minoría de Barcelona en Comú (BC) tramitar la modificación del plan general metropolitano (PGM) en la comisión de Urbanismo del miércoles. Con el cambio, que Sanz espera completar en "siete meses", el consistorio puede negociar la compra amistosa o, en caso contrario, instar la expropiación a Núñez y Navarro.

Es una vía lenta y costosa pero que debe ser efectiva en la compleja historia de esta finca de 1.545 metros cuadrados de la calle del Xiprer. El PGM permite construir en casi toda la parcela. Esta edificabilidad ha ido hasta ahora vinculada a contestadas o hipotéticas permutas. Como la del parque de la Oreneta, en Sarrià, aprobada en el anterior mandato y que también se anulará.

HASTA SEIS MILLONES

Sanz situó el coste de la operación entre 4,8 y 6,1 millones, según haya o no acuerdo con la inmobiliaria. Añadió que la cifra incluye, además de la compra de la propiedad, la rehabilitación de la masía, documentada desde el siglo XVIII y tapiada hace unos años, así como la recuperación del jardín, abandonado y en mal estado.

Cuando se consiga culminar el rescate, la intención municipal es abrir la zona verde al público y dedicar parte del terreno a huertos urbanos. Sobre el tipo de equipamiento que acogerá el edificio, Sanz dijo que se decidirá en el futuro según las necesidades y propuestas del barrio. Carme Martín, de la Plataforma Salvem Torre Garcini que ha mantenido durante años la reivindicación de la masía, celebró que «prevalezca la acción pública sobre la privada» y apuntó un posible uso cultural.

En la presentación coral del pacto, Jordi Coronas, concejal de ERC, celebró "un primer paso que debió darse años atrás". El edil socialista Daniel Mòdol habló de "símbolo de nuevo urbanismo" en el que BC "siempre encontrará al PSC". La líder de la CUP, María José Lecha, y el miembro del partido Gabriel de Jòdar destacaron el valor histórico de la finca, denunciaron "connivencias e intereses" y pidieron "un trabajo conjunto de recuperación".