MACROJUICIO EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Un testigo dice que los dueños de los burdeles pagaban a la policía por avisarles de las redadas

Afirma que taxistas y policías sacaban a las chicas en situación irregular y menores tras los soplos

El confidente Manuel Gutiérrez Carvajo, en la sesión de este lunes.

El confidente Manuel Gutiérrez Carvajo, en la sesión de este lunes. / periodico

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Uno de los principales testigos del caso Riviera y Saratoga confidente policial, Manuel Gutiérrez Carbajo, ha asegurado en el juicio que los dueños de los dos macropostíbulos de Castelldefels entregaban mensualmente sobres con dinero a un inspector jefe de la Policía Nacional y a un comisario presuntamente porque les alertaban de cuando se iban a hacer redadas en los locales. En su declaración este lunes en la Audiencia de Barcelona, el supuesto confidente de varios cuerpos policiales ha detallado que cada mes durante cuatro años (2002-2006) estos pagos se hacían en su propio concesionario de coches en Martorell, y que después se iban a comer a un restaurante de lujo.

Según ha explicado a preguntas del fiscal anticorrupción Fernando Bermejo, estos sobres, con cantidades que rondaban los 6.000 euros, los iban a buscar unas veces el comisario Luis Gómez -entonces responsable de la brigada de Extranjería- y otras el inspector Andrés Otero, ambos imputados. Cada vez que iba a haber una redada, los policías avisaban a los propietarios para que sacaran de los locales a las mujeres en situación irregular y a las menores, a las que llevaban temporalmente a otros clubes y pisos de Casteldefells en taxis e incluso llevados por policías, según su relato.

CONNIVENCIA

Carbajo -ya imputado en otra investigación de presunta connivencia entre policías y narcotraficantes conocida como caso Macedonia, todavía en fase de instrucción- ha explicado que tenía una relación fluida con Otero y Gómez, que habitualmente iban a comer a su casa, e incluso se fueron en una ocasión juntos de viaje a Bilbao en 2004.

"Éramos amigos hasta tal punto que íbamos de putas. Y pagaba yo", ha asegurado el testigo, que ha explicado también que en una ocasión, por indicación del propietario del Saratoga, encargó dos relojes de lujo en la joyería Rabat de Barcelona para el inspector y su mujer.

OTROS TRES LO AVALAN

También ha corroborado la existencia de estos soplos policiales un exencargado del Riviera en su declaración como testigo este lunes, en la que ha asegurado que de vez en cuando le alertaban de que "había que hacer limpieza", o sea, sacar del local provisionalmente a las prostitutas en situación irregular.

La misma versión han sostenido un jefe de barra del Saratoga y una trabajadora del servicio de limpieza, que también han declarado este lunes como testigos, y que han asegurado que escuchaban rumores en los prostíbulos de que los responsables ya sabían cuándo la policía iba a entrar.