Ruinas, memorial patriótico y cultura

El antiguo mercado diversificará sus actividades después de haberse concentrado en el tricentenario de 1714

La sala Moragues, el auditorio del Born.

La sala Moragues, el auditorio del Born.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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El nuevo espacio creado bajo la estructura metálica del antiguo mercado del Born y encima del barrio demolido tras la derrota de 1714 lleva como nombre El Born Centre Cultural. Una manera de decir que tiene al menos una triple personalidad: yacimiento arqueológico, lugar de la memoria y contenedor de actividades culturales. Aunque en plena fiebre del tricentenario del 1714 esta tercera dimensión, concentrada en la rememoración continua de la caída de Barcelona, haya pasado más desapercibida, el ciclo de conciertos del Mas i Mas Festival que empieza con Maria del Mar Bonet no es la primera actividad cultural más allá del 1714 que acoge, ni tampoco la primera actividad musical.

«Lo intentamos resumir así: es un punto de encuentro entre historia y cultura. Tiene una parte de divulgación histórica, con el yacimiento y las exposiciones, y un espacio gastronómico, una librería y la Sala Moragues que dan sentido al concepto del Born como centro cultural», explica el director de la instalación, Quim Torra. Un perfil que pone a este equipamiento municipal en una frontera que más de una vez se solapa con el CCCB (como sucedió con un ciclo de pensadores europeos dirigido por Mònica Terribas), el Muhba y el Museu d'Història de Catalunya.

Espacio de música en vivo

La Sala Moragues, con capacidad para 280 personas, ya ha empezado a funcionar como espacio de música en vivo, con un convenio con la Escola Superior de Música de Catalunya que permitió programar conciertos todos los viernes y un ciclo de cantautores, La cançó nua. Sin embargo, tras la experiencia del Mas i Mas Festival, se está en conversaciones con algún programador para poner en marcha una oferta estable de música en directo en este espacio.

En medio de los mensajes de exaltación histórico-patriótica (Fins aconseguir-ho!, Viure lliure), una pancarta azul expone las tres facetas del programa cultural: L'acadèmia dels desconfiats (conferencias o actividades literarias), La societat del Born (actividades musicales, artísticas, conciertos, obras de teatro o el club de juegos El Trinquet del Born) y El Bornet, con una oferta familiar de fin de semana.

Hoy, la mayoría de estas actividades (como las microexposiciones efímeras que se sitúan en el extremo más cercano a la estación de França del mercado, donde ahora se muestra una historia de la represión de la lengua catalana, aunque también  han pasado por allí las fotografías de Jesús Moncada) solo refuerzan el discurso general, marcado por la exposición permanente del Born (Barcelona 1700. De les pedres a les persones) y la épica muestra temporal sobre el sitio de 1714 que se mantendrá abierta aún durante el año 2015. La exposición sobre los mercados y la ciudad, la que debía inaugurar el Born y fue desplazada por la de 1714, está, según Torra, «muy madura», pero deberá esperar por lo menos a finales del 2015.

«En el 2015 queremos construir lo que nos ayudará a perfilar más el centro, tras un 2014 muy marcado por el tricentenario. El 1714 ha llegado para quedarse, siempre será la razón de ser de este espacio, pero es evidente que en el 2015 ya tenemos que ir abriéndonos a otro conjunto de actividades», explica Torra. Aunque hay un eje del que difícilmente se moverá el espacio, que es, según el director, «la reflexión sobre la catalanidad». Al ciclo de conferencias de políticos e historiadores sobre los héroes del 1714 le seguirá otro sobre «los momentos estelares de la lucha por la libertad de Catalunya». En septiembre, por ejemplo, se celebrará una exposición en homenaje a Josep Benet en torno a cinco sentencias de muerte sobre las que escribió, las de Peiró, Companys, Rahola, Carrasco y Latorra, aunque después seguirán otras sobre el muro de Berlín y la bomba de Hiroshima.