De la pasión por la montaña a la obligación de echar una mano

Son de Cerdanyola del Vallés y a las nueve de la mañana han salido de Vallvidrera para recorrer los 20 kilómetros que separan el barrio de Collserola de la catedral de Barcelona. Se nota por el atuendo que lo suyo es la montaña. Lo confirma Paqui Pérez, la portavoz de la Colla del Rat Penat, que en esta ocasión ha desplegado en la Magic Line a 10 de sus miembros. Se apuntaron a la caminata tan pronto como se abrieron las inscripciones porque en la edición del 2014 se durmieron y se quedaron sin plaza. Fueron el equipo 11º de 753 en apuntarse, por si había dudas sobre la motivación del grupo.

Paqui explica que todos los miércoles se lanzan al monte al salir del trabajo. Collserola, el Montseny..., cualquier cuesta sirve para saciar su hambre montañera. «Nos encanta andar, así que imagínate cómo estamos de ánimo si encima le unes una causa solidaria a nuestra afición. Estamos encantados de estar aquí, casi es una obligación». Llevan 10 kilómetros y estan la mar de frescos.

Han participado en otras carreras populares, como la de los Bombers o la de la Dona, pero esta tiene un componente que la hace especial. Puede que sea por el recorrido mixto, esos primeros kilómetros por los senderos de Collserola que se tornan asfalto, curiosamente, cuando uno llega al Hospital de Sant Joan de Déu, el epicentro de esta gesta con 10.000 participantes. La colla está integrada en la Federación Catalana de Alpinismo y Escalada, de donde han adoptado el reto de los 100 picos, que consiste en recorrer la geografía a través de las cimas más representativas. A día de hoy, este catálogo ya está formado por 308 montañas, y alguno de los miembros de este colectivo ya los tiene todos colgados en la mochila.

En cualquier cosa, explica Paqui, lo de hoy no es un reto sino «una fiesta que da mucho gusto compartir con tanta gente». Abandonan la fuente de Montjuïc a buen ritmo. Se nota que no son neófitos en esto porque avanzan a los novatos de 10 kilómetros. No es miércoles, pero es un domingo que sabe a montaña.