Reacción municipal tras una polémica urbanística

El nuevo urbanismo de Hábitat levanta ampollas también en Sants

Simulaciones informáticas de las propuestas del bipartito (arriba) y de CiU.

Simulaciones informáticas de las propuestas del bipartito (arriba) y de CiU.

HELENA LÓPEZ / XABIER BARRENA
BARCELONA

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La secuencia se repite. La tenencia de alcaldía de Hábitat Urbano repasa los proyectos urbanísticos ya en marcha, casi siempre consensuados, en su día, por partidos políticos y vecinos. Les da dos vueltas, los cambia. Y los partidos y vecinos se echan las manos a la cabeza. Acusan al actual equipo de gobierno de improvisación y de buscar problemas (un nuevo acuerdo) donde no los había (un pacto cerrado). Ha ocurrido en la plaza de las Glòries y, ahora, en Sants. Seis entidades vecinales del distrito, quizá las más significativas, se han levantado en armas este mes contra el plan de Hábitat de urbanización de la cobertura de las vías. La crisis parece haberse cerrado, de momento, tras la promesa del ayuntamiento de atender las quejas de los vecinos y volver, en gran parte, al plan inicial, al pactado entre entidades vecinales y el anterior gobierno.

Tal y como adelantó EL PERIÓDICO el pasado mes de abril, la tenencia de alcaldía diseñó un nuevo proyecto de urbanización. Se trata de una especie de remedo del High Line del distrito de Meatpcking en Nueva York. Un paseo elevado al que se accede mediante unos núcleos de comunicación vertical (ascensores y escaleras) en lugar de amplios taludes como se propuso y se acordó en la etapa socialista.

La principal queja de los vecinos -además de las formas- es que el nuevo plan desvirtúa los intentos anteriores por reducir el tráfico rodado, en especial por la calle de Antoni Capmany, que Hábitat quiere convertir en una especie de atajo para llegar a la calle de Riera Blanca. De nuevo, como en Glòries, la vialidad es el principal obstáculo.

CALLE DE 'ZONA 30' / En concreto, la intención del ayuntamiento era crear un carril de circulación tipo zona 30, con aceras y calzada, que naciera en la plaza de Sants y conectara con Riera Blanca. Según un documento del propio ayuntamiento, esta calle estaba concebida como una zona de prioridad para el peatón. La previsión de tráfico era de 2.500 vehículos al día, parecida a la de la calle de Burgos, pero en sentido contrario.

Quizá para evitar -infructuosamente- las quejas vecinales, Hábitat previó esta calle con un solo carril de circulación para evitar que entrara a formar parte de la red básica de la ciudad, así como cualquier tentación de incluirla en cualquier recorrido del flamante bus de la malla ortogonal que se pondrá en servicio en el próximo mes de octubre.

Desde la publicación del plan, ayuntamiento y vecinos han celebrado tres reuniones. La primera, estrictamente formal de presentación del nuevo proyecto y en la que las entidades pidieron una memoria justificativa de los cambios. Con ella bien estudiada, acudieron al segundo encuentro, como en la vez anterior, el interlocutor fue Albert Civit, gerente adjunto de Hábitat Urbano. Tras Antroni Vives y el arquitecto en jefe Vicente Guallart, el número 3 de la tenencia de alcaldía.

VECINOS TENSOS /Fue esta una reunión tensa, por parte de los vecinos, que habían descubierto el cambio mayúsculo que significaba para el barrio el plan para la calle de Antoni Capmany. Esta reunión propició el escrito de queja que fue leído en la audiencia pública de Sants-Montjuïc, el pasado martes. Dicho escrito fue firmado por las asociaciones de vecinos de Badal-Brasil-Bordeta y la de Hostafrancs, el Centre Social de Sants, la comisión vecinal de la Bordeta, la de afectados por las obras del AVE y la Plataforma por el Soterramiento. En esa misma audiencia pública, el concejal del distrito, Jordi Martí (CiU), se comprometió a promover cambios.

Estos llegaron apenas 24 horas después, en una tercera reunión, esta vez con el propio Martí. El edil y hasta una quincena de técnicos desembarcaron a toda prisa para apagar el fuego nacido días atrás.

NUEVOS PLANOS / En este cónclave se facilitaron ya planos de la nueva propuesta que, en esencia, es la misma que había antes de que Hábnitat Urbano lo cambiara. «Hemos librado tres batallas y hemos ganado la guerra», sentenció satisfecho un líder vecinal a este diario como resumen de los escarceos vividos con el ayuntamiento. Pero los vecinos aún están a la espera de la memoria justificativa de estos nuevos (viejos) planos. «No entendemos cómo tienen unos dibujos y no los argumentos que los sustentan», critica otro líder vecinal, menos optimista que el primero.