Un sector en plena expansión

La mitad de la flota mundial de cruceros ya recala en BCN

Concentración de cruceros en el muelle Adossat, el pasado 6 de mayo.

Concentración de cruceros en el muelle Adossat, el pasado 6 de mayo.

PATRICIA CASTÁN
MARSELLA - Enviada especial

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Tras una década vertiginosa durante la que Barcelona se ha erigido y consolidado como primer puerto de Europa de cruceros, el 2012 se perfila como año de estabilización. Todos los grandes que surcan el continente ya atracan en Barcelona, todas las navieras apuestan por la capital catalana en sus planificaciones y las siete terminales funcionan a pleno rendimiento, así que la Autoridad Portuaria de Barcelona tiene el reto de mantener las cifras récord, tras rebasar los 2,6 millones de viajeros en el 2011. Pero que los cruceristas no aumenten -a la espera de que los dos mayores barcos del mundo, en el Caribe, crucen el charco y de que Barcelona aún levante una megaterminal más- no significa que la fiebre decaiga. De hecho, la ciudad recibirá por primera vez a ocho cruceros que elevarán a 128 el repertorio de buques que atracarán o iniciarán y acabarán ruta en Barcelona. Será casi la mitad de una flota mundial que ronda las 270 naves en total.

Con el mercado europeo en auge (ahora representa más de la mitad de los 13 millones de cruceristas en EEUU), la hegemonía de Barcelona se traduce en seducir a todas las novedades. Este año la cuota de pastel se agranda con el debut local del Costa Neoromántica (renovado), el Norwegian Spirit de NCL, el Serenade of the Seas de Royal Caribbean, el Riviera de Oceanía (recién estrenado), el Carnival Breeze (también), el Sun Princess, el Celebrity Reflection (en construcción) y el MSC Divina que ayer se inau-

guró. En algunos casos su presencia en la ciudad será regular.

Recibir a casi la mitad de superbarcos que surcan el planeta implica, en este caso, contar tanto con los más populares y de más de 4.000 pasajeros, como con la creciente presencia de buques de lujo, que consideran la capital catalana una visita ineludible.

El trajín que vive el puerto, que hace solo unos días registró su récord anual de presencia de barcos en un solo fin de semana, es constatable en cifras. Durante todo el año se alcanzarán cerca de 900 escalas. Pero la llamada temporada alta, de mayo a octubre, copará 565, con días en los que ocho buques coincidan en los muelles. No obstante, Carla Salvadó, responsable de cruceros del puerto, asegura que «no se producirá saturación porque la planificación de atraques se hace con mucha antelación», y ante la previsión de gran afluencia, se «invita a los armadores con más flexibilidad de fechas a cambiar el día de su visita a Barcelona para darles mejor servicio».

ACENTO LOCAL / El puerto también saca pecho por mantener la presencia de cruceros todo el año, incluso en pleno invierno. Y por lograr que, cada vez más, sea mayor la proporción de viajeros (el 57% en la actualidad) que empiezan y acaban ruta en Barcelona, pasando días de vacaciones en la ciudad, más allá de la mera visita de una jornada.

Otra particularidad en los últimos tiempos es cualitativa. Al ganar fans este tipo de viaje en España (ya son más de 650.000), los cruceristas nacionales han empatado con los estadounidenses en el puerto barcelonés. Les siguen los británicos e italianos. Este retrato ha hecho que muchos de los barcos que recalan tengan cada vez más presencia de tripulación hispana, cuando hace apenas unos años el inglés monopolizaba la comunicación. Las nuevas facilidades (idioma y precios chollo por la fuerte competencia) harán crecer la proporción de españoles, encabezados de nuevo por los catalanes, si la crisis lo permite.