la lucha de un emblema graciense

Los Verdi salen de la UVI

Enric Pérez y su hijo Adrián, ayer por la mañana delante de las salas Verdi Park, de la calle Torrijos, en el barrio de Gràcia.

Enric Pérez y su hijo Adrián, ayer por la mañana delante de las salas Verdi Park, de la calle Torrijos, en el barrio de Gràcia.

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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La crisis, el vertiginoso incremento del IVA cultural al 21%, la feroz competencia entre salas exhibidoras, la especulación inmobiliaria, la subida de la las tasas de electricidad y la piratería constituyen una maléfica conjunción que en estos últimos años ha herido de muerte a muchos cines de Barcelona, comos el Alexandra y el Urgell. Estas mismas razones han dañado gravemente a los Verdi de Gràcia, aunque por ahora mantienen las puertas abiertas gracias al aumento de los ingresos de taquilla durante estas últimas semanas y a las negociaciones que mantiene Enric Pérez, su fundador, con dos empresas del sector cinematográfico «interesadas», según él, en entrar a formar parte del accionariado.

Otra circunstancia favorable es que Pérez, como propietario de los cines, y los hermanos Riba, dueños del local que alberga las 10 salas de proyección, alcanzaron un acuerdo después de la crisis del pasado septiembre. «En mayo, coincidiendo con una grave enfermedad que me mantuvo cinco meses en el hospital, empezaron a bajar los ingresos de taquilla. El verano fue horrible. Apenas podíamos pagar los sueldos, pero la situación se solucionó en invierno. Aún debemos dinero pero pudimos liquidar tres meses de retrasos del alquiler», aseguró Pérez, que hasta ayer no quiso hablar, tras difundirse la semana pasada que los cines estaban en una situación crítica por impago. «Eso pasó en septiembre, cuando recibimos el burofax», insistió el exhibidor.

Peréz organizó la rueda de prensa un día después de reunirse con Jaume Ciurana, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. «Hay buena voluntad, pero sería un ingenuo si esperara algo de los políticos», señaló, culpando al ministro de HaciendaCristóbal Montoro, y al de Cultura, José Ignacio Wert, de la «caída libre» en que se encuentra el cine español . «Que los envíen de embajadores a la Luna. Somos el único país de Europa con un IVA tan alto para ver películas», se quejó.

La guerra de precios, con el auge de salas que ofrecen descuentos y venden entradas a menos de cuatro euros, para él, es un mal camino.

GÉNESIS / «Eso solo lleva a la destrucción del sector», alertó. Su política es la de volver a los orígenes, cuando, hace 27 años, los Verdi rebajaban la entrada solo el día del espectador a la mitad del coste de un domingo. «Vamos a renunciar a tanto estreno. La idea es mantener más tiempo las películas en las que creemos, como Relatos salvajes, que ya lleva 14 semanas en la cartelera».

Pérez también se reunió con la asociación de comerciantes de Gràcia. «Están preocupados. Les dije que los Verdi no cierran. Y a Ciurana le advertí de que el peligro no es solo del Verdi, es también de todo el barrio, que es especial, un lugar lleno de tiendas de calidad y con personalidad propia», manifestó.

Su hijo Adrián se encarga ahora de las salas Verdi de Barcelona. «El cine es el pulmón del barrio de Gràcia», comparó. A su lado, el fundador lamentó que en Madrid, donde la empresa regenta cinco salas, la taquilla funciona mucho mejor. «Seguimos siendo las salas de versión original quue más recaudan en España, pero los impuestos y las tasas nos tienen ahogados. En Madrid, al menos, la gente sigue yendo al cine, aquí noto mucho cansancio».