EL MODELO DE CONVIVENCIA DE LA CIUDAD

Los vecinos reclaman una moratoria turística global

Unos turistas se desplazan en 'segway' por el centro de Barcelona.

Unos turistas se desplazan en 'segway' por el centro de Barcelona.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS
BARCELONA

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Los vecinos de los barrios más expuestos a la avalancha turística que soporta Barcelona han decidido organizarse para alzar la voz y reclamar a las autoridades una forma diferente de encajar el flujo de visitantes en el  modelo de convivencia de la ciudad. Lo harán a partir de ahora a través de la Assemblea de Barris per un Turisme Responsable (ABTR), la entidad que se presentó ayer en sociedad con una primera demanda al ayuntamiento: ampliar la moratoria de licencias para alojamientos y aplicarla a todo tipo de comercios y servicios del sector turístico.

La iniciativa es una de las medidas urgentes que las 27 entidades que constituyen la ABTR trasladan a las autoridades municipales, entre las que destaca la revisión de los proyectos y las licencias «bajo sospecha de irregularidades», según reza el comunicado leído por  Toni Ramon, de Gràcia On Vas. Otras medidas que se reclaman son poner medios para evitar la «privatización del espacio público» (por la proliferación de terrazas y la museización de la ciudad, entre otros), la creación de un consejo ciudadano de turismo  y una auditoría de los órganos públicos relacionados con el sector turístico.

IMPACTO / Una auditoría que debería trasladarse también a plena calle, para constatar «cuál es el impacto de la huella» turística en la realidad cotidiana, según Ramon, que avanzó que las diferentes entidades que conforman la plataforma, conocedoras de su entorno, ya están realizando esta tarea. Una vez se conozcan los resultados, la ABTR espera tener voz cuando las autoridades definan dónde concluyen los umbrales tolerables de la llegada masiva de visitantes.

La plataforma denuncia el deterioro y la pérdida de equilibrio en la convivencia de unos ciudadanos salpicados por una realidad dictada por los «lobis turísticos», según denunció la exconcejala Itziar González. Una dinámica que se traduce en consecuencias  indeseadas, como la debilitación del tejido socioeconómico, la gentrificación y la precarización del empleo en el sector. «Queremos que las autoridades dejen de ver el turismo como un modelo de explotación industrial», dijo Mariona Roca, de Ciutat Vella No Està en Venda.

La asamblea destacó la figura de  la alcaldesa Ada Colau, más atenta que sus predecesores «a la voz de los barrios».  Y quiso ilustrar la existencia de fuertes intereses creados con la moratoria, que pese a juzgarla beneficiosa, dijo, topa con la resistencia «de la oposición municipal, de los lobis turísticos y de medios de comunicación interesados». Un escenario contra el que la ABTR trata de combatir «para devolver el barrio al ciudadano», zanjó Ramon.