ENCUESTA MUNICIPAL SOBRE FACTORES DE RIESGO en la población escolar

Los adolescentes fumadores de BCN bajan a la mitad en 25 años

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Los estudios demoscópicos y sociológicos sobre cualquier tema que tienen una perspectiva larga, con datos de muchos años, dan como resultado un retrato más fiel de la realidad. La capital catalana es la única ciudad peninsular, según remarca la municipal Agencia de Salud Pública de Barcelona, que realiza desde 1987 una encuesta cuatrienal sobre los factores de riesgo de los adolescentes escolarizados. Los datos del informe del 2012 dados a conocer ayer revelan que en conjunto los chicos de 13 a 18 años fuman bastante menos que a finales del siglo pasado. Los que cursan segundo de ESO (13 años), por ejemplo, y tienen un consumo regular no diario de tabaco han pasado del 12,6% de 1987 al 6,1% del 2012.

Si se observan las cifras de los fumadores más intensivos del mismo nivel escolar, los que dicen tener un consumo diario de al menos un cigarrillo, el descenso es menor pero igualmente significativo: del 3,3% al 2,3% en los chicos y del 4,6% al 1,9% en las chicas. El informe que coordina Anna Pérez considera, sin embargo, más relevantes los primeros datos al ser de un colectivo en el que tienen más efecto los planes de prevención e información, según fuentes municipales. Cuando la dependencia es diaria y el hábito está enraizado es muy difícil dejarlo.

Otro descenso significativo es el que se registra entre los adolescentes de 15 años de cuarto de ESO. En 1996, el 19% de los chicos y el 33% de las chicas consumían al menos un cigarrillo cada día. En el 2012, estas cifras bajaron hasta el 9,8% y el 10,5%, respectivamente. En el caso de los encuestados de 17 años, correspondientes a segundo de bachillerato y a ciclos de Formación Profesional de grado medio el retroceso del tabaquismo desde el 2004 es más discreto: del 23,5% al 20,3%, ellos y del 29,4% al 23%, ellas.

INFORMACIÓN Y PRECIO / Tres factores influyen en esta disminución del consumo de tabaco entre la población escolar, según los responsables municipales: el impacto de los cambios legales de los últimos años, el aumento de la información que tienen los jóvenes sobre el riesgo de fumar y el encarecimiento de los paquetes, hecho este que tiene un claro efecto disuasorio.

El informe también revela que el consumo de tabaco en estas edades está relacionado con tener amigos fumadores y con un rendimiento escolar bajo. Los investigadores recuerdan que los chicos y chicas con un deficiente nivel académico y que sacan malas notas llegan a fumar hasta seis veces más que aquellos de sus compañeros que obtienen buenos expedientes. De igual modo, en los fumadores habituales hay más posibilidades de consumir también cannabis y de emborracharse al menos una vez en la vida.

Este informe se realiza sobre una muestra de 3.750 jóvenes, 1.250 por cada uno de los tres niveles educativos, el 10% de la población de esos cursos según las cifras de la Generalitat. La encuesta se basa en declaraciones anónimas y voluntarias recogidas en las aulas. El 56,4% son alumnos de centros concertados, el 32,1% públicos y el 11,5% privados.