MEJORA DE UNA INFRAESTRUCTURA DEL PARQUE DE LA CIUTADELLA

Las lobas del zoo no tendrán jaula blindada hasta agosto

La valla será 70 centímetros más alta para evitar nuevas tentativas de fuga

Las lobas de Barcelona, en la reducida instalación provisional en la que aguardan su nueva morada.

Las lobas de Barcelona, en la reducida instalación provisional en la que aguardan su nueva morada.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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El allanamiento de morada define la acción de irrumpir sin permiso en casa ajena. En el Zoo de Barcelona, donde los animales viven en cautividad, se vivió hace dos meses la situación opuesta: la loba Penélope, presa del pánico ante la llegada de un nuevo antílope al lugar, logró saltar los tres metros de la alambrada y huir de su propia jaula, undesallanamiento en toda regla que trajo de cabeza a los cuidadores y que causó un gran revuelo mediático. Su salto olímpico obligó a los responsables del parque a trasladar al animal y a sus cuatro hijas a una nueva instalación, mucho más pequeña, junto a la pantera negra y el leopardo. A un ritmo quizás discutible, el zoo trabaja ahora en el nuevo sistema de seguridad para que el hogar de estos animales esté listo antes de dos meses. Básicamente se trata de levantar el cercado 70 centímetros y añadir un voladizo más pronunciado que imposibilite trazar una parábola evasiva.

La demora en las obras, según asegura un portavoz del parque, se explica en la necesidad de «empezar de cero». Al parecer, los cimientos de la anterior valla no eran lo suficiente profundos y ha sido necesario redactar un proyecto -se conoce que en la cosa pública, este es un tramite que requiere su tiempo- y luego ejecutarlo. A día de hoy ya se han cavado los agujeros en los que se asentará la estructura que, según los gestores de la instalación, podría estar lista antes de agosto, o sea, cuatro meses después del brinco de Penélope. Una larga lona azul tapa ahora el recinto y un cartel advierte de que las lobas se han mudado a un reducido hogar provisional junto a los felinos.

15 AÑOS SIN INCIDENTES / Miquel Trepat, director del zoo, recuerda que Barcelona ha tenido lobos durante 15 años y que nunca antes había sucedido nada, e insiste en que lo importante es hacer «bien el trabajo para que no vuelva a repetirse» el incidente del 29 de marzo. «Tienen una capacidad de rebote muy alta, y eso es precisamente lo que llevó a la loba a alcanzar los tres metros de altura», concreta este responsable, que asegura que en ningún caso hubo peligro ni para las personas que ese día visitaban la instalación ni para los propios empleados.