un vecino del eixample

Jordi Clos, hotelero: "El Eixample es la ciudad pensada para vivir en ella"

Emprendedor, hotelero, mecenas y egiptólogo. Todo esto define a este barcelonés nacido en el Raval, que puso su mirada en el Eixample como emblema de la ciudad. En este distrito, cuya esencia admira, ha crecido el imperio de Jordi Clos

Jordi Clos, frente al hotel Claris, primer edificio del Eixample que fue restaurado manteniendo la fachada.

Jordi Clos, frente al hotel Claris, primer edificio del Eixample que fue restaurado manteniendo la fachada.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Como cada año, aquel 1 de agosto una mesa en la terraza del hotel Claris estaba preparada para ellos. Él venía de Nueva York y ella, de algún lugar de Australia. Y allí, en el último nivel de un edificio del Eixample barcelonés, los amantes se reencontraban fielmente cada 365 días. Lo hicieron así durante más de una década y, después de que ella falleciera, él siguió reservando la misma mesa en la que volvía a brindar, cada 1 de agosto, por su amada. Y así fue hasta el año 2006.

Historias como esta tienen lugar cada día en hoteles de todo el mundo. Y esta sucedió en Barcelona. La ciudad fue el refugio para la felicidad de aquella pareja, Los amantes del Claris, como se refiere a ellos Jordi Clos Llombart (Barcelona, 1950).

Con ese historia de amor, el hotelero que preside el Gremi d'Hotels de Barcelona da comienzo a su libro de memorias Con la vida en los talones.  Hoy repasa hoy algunos de esos recuerdos en el distrito que lo enamoró y donde ha hecho florecer gran parte de su imperio: la cadena Hotels Derby Collection. Diez de sus alojamientos están en Barcelona, y la mayoría de ellos en el distrito del Eixample. Allí donde la ciudad creció, ha crecido también la firma que él lidera.

IDENTIDAD PROPIA

Jordi Clos nació en la calle del Lleó del Raval, en esa Ciutat Vella "que guarda la historia fundacional de la ciudad, como muchas otras ciudades europeas que tienen su zona histórica", describe. "Pero la expansión de esos límites -añade- es lo que identifica a Barcelona. Por el diseño de su tejido urbanístico, que Cerdà ideó, y por la vida que tiene, la comodidad de la circulación, la facilidad de moverse por el Eixample y lo entendible y habitable que es, tanto para turistas como para quienes habitan en él todo el año".

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"El Eixample es la ciudad pensada para vivir en ella", sentencia. Hacer cómodo para la gente ese bello y ordenado diseño urbanístico es ese concepto humano que Clos tanto admira del distrito en el que fijó su mirada para abrir en él diversos hoteles. En uno de ellos, el Hotel Balmes, Clos recuperó su patio interior siguiendo la idea concebida por Ildefons Cerdá de dotar a los interiores de manzana de vegetación, jardines que oxigenen la ciudad.

ARQUEOLOGÍA DE BARRIO

Bigote y delantal de Joan Múrria, que regenta uno de los establecimientos más entrañables del Eixample, en el 85 de Roger de Llúria, también forman parte de esa preservación de lo auténtico, de ese viaje al origen del buen gusto. "Este comercio es un tesoro", destaca Clos.

En el mismo barrio yace también la gran afición de Clos como incansable viajero en busca de vestigios de la antigüedad. Muchos de ellos, llegados de Egipto, han dotado al Eixample de uno de los museos más visitados, el Museu Egipci, que Clos inauguró en 1994, y detrás del cual está la Fundación Arqueológica Clos, que él fundó y hoy lidera.

Arte, historia, diseño y hostelería se equilibran en el cuadriculado distrito barcelonés donde tiene oficinas administrativas el hólding hotelero de Clos. "Cerdá pensó las manzanas de modo que las viviendas dieran delante y detrás, para la vida diaria y la nocturna, pensando en el ruido. También pensó en ubicar en ellas locales para comercios y, en los pisos bajos, oficinas. Todo eso es lo que facilita y humaniza el Eixample del que nos sentimos tan orgullosos", expresa Clos.

"Afortundamente, la ciudad quiere ahora recuperar ese origen del Eixample", dice el impulsor del disfrute de las terrazas de hotel por parte de los autóctonos.

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