L'Hospitalet estrena su pista de hielo con un gran respaldo comercial

La instalación dejó Barcelona hace un año con un récord de 95.000 usuarios difícil de superar

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CARLES COLS / BARCELONA

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Tras el problema técnico que el viernes por la tarde impidió celebrar la inauguración oficial, la pista de hielo de La Farga de L’Hospitalet ha abierto ya al público. Lo hará cada día hasta el 10 de enero. Las primeras horas han sido tránquilas en las taquillas, pero ideales para los que se han calzado los patines y, más aún, para los que se han sentado sobre una suerte de donut hinchable y se han lanzado por un tobogán helado. Subir y bajar. Nada de colas. “Irá a más”, asegura Antonio Peral, director de la instalación. Ya se verá si superan las cifras de público que logró esta instalación cuando estaba en Barcelona. Fueron 95.000 patinadores los que el invierno pasado pasaron por la plaza de Catalunya. El éxito, no obstante, no se medirá con ese dato. L’Hospitalet confía en que el comercio local note un importante incremento en las ventas gracias a la presencia de la pista de hielo.

Con el traslado a La Farga, el negocio de BarGelona (nombre comercial de la instalación) ha ganado en espacio y comodidad. No tiene la centralidad de la plaza de Catalunya, pero tiene una parada del suburbano (Rambla Justo Oliveras) a menos de 100 metros y, sobre todo, el recinto es una caja mucho más sólida. Ahí donde niños, adolescentes y padres patinan se han celebrado en el pasado trascendentales congresos de partidos políticos, conciertos y hasta algunas ediciones del festival del porno.

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Al final de la temporada navideña (la pista abrirá, aunque con horario más reducido, incluso el 25 de diciembre) será hora de hacer balance. A los comerciantes del centro de Barcelona no les gustó que el pasado septiembre, de forma sorpresiva, la alcaldesa Ada Colau anunciara que no cedería este año la plaza de Catalunya para este equipamiento efímero, pero difícilmente las tiendas del centro notarán una menor presencia de clientes por ello. L’Hospitalet se ofreció de inmediato como alternativa. Si el resultado es el que espera la alcaldesa Núria Marín, las ventas en La Farga y en los alrededores de ese potente cenro comercial serán mejores sin duda.

A su manera y con constancia, L’Hospitalet ha puesto fin estos últimos años a esa especie de relación entre rémora y tiburón que mantenía con Barcelona. Primero logró que el centro de gravedad de la Fira se desplazara a la plaza de Europa. Después puso las bases de un distrito cultural para que compita con la desorientación que en esta materia sufre la capital. La moratoria de hoteles ordenada por Colau fue también aprovechada por Marín para ofrecer su término municipal como refugio de inversiones. La pista de hielo es solo una minúscula guinda de pastel, pero una guinda muy simbólica.