fastos navideños en el centro de la ciudad

Hielo con 20 grados

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Había dos diferencias sustanciales entre la pista de patinaje de la plaza de Catalunya presentada ayer en sociedad, y la de Central Park de Nueva York, con la que se ha comparado socorridamente estos días. La primera, el sol de justicia, que habría fundido rápidamente el hielo barcelonés de no haber una potente maquinaria que lo produce artificialmente. La segunda, el grupo de indignados que llamaron a voz en grito «chorizos» a los políticos municipales y empresarios que acudieron a brindar con cava por el bienintencionado montaje de la plaza. De modo que la novedosa pista de hielo ya es una realidad que hoy mismo a las 17.00 horas se abrirá al público, pero ayer ya lució su glaciar blancura a 20 grados mediterráneos.

Lo cierto es que los gritos y pitos de los manifestantes (poco más de una veintena) apenas dejaban escuchar las declaraciones de los convocados a la presentación de la iniciativa, Bargelona, de 1.200 metros cuadrados. No obstante, con los espacios aledaños ocupados por servicios y terraza de bar suman un total de 2.000 metros de los 3.600 de la plaza. Una dimensión que ayer sublevó a esos indignados que exhibían carteles con declaraciones de principios como «No quiero árboles de Navidad, quiero educación y sanidad» y también irritó al grupo municipal de ICV-EUiA, cuyo líder, Ricard Gomà, se personó para manifestar su rechazo a esta iniciativa al considerar que se establece un «peaje» en un espacio público. La insistencia de unos y otros en reivindicar el espacio público llevó a algunos de los presentes a recordar que el ayuntamiento también cede suelo público para otros actos navideños, como la Fira de Santa Llúcia ante la catedral, y la de Reyes en la Gran Via.

La concejala de Promoción Económica, Sònia Recasens, opinó que en la ciudad ha de «haber lugar para protestas y para el ocio», pero enfatizó que «hay que dejar espacios de libertad para el resto de ciudadanos», en alusión al cabreo que mostraban los indignados. Según la edila, el ayuntamiento no solo no ha gastado ni un euro, sino que ha ingresado 5.000 en concepto de tasas por ocupación de la vía pública.

SIN SUBVENCIÓN / Los casi 400.000 euros de coste han sido asumidos en su mayor parte por los diversos patrocinadores del proyecto, mientras que una cuarta parte se espera obtener de los usuarios, que abonarán 6 euros por media hora u 8 por una hora, incluidos los patines y guantes de alquiler. Salvador Albuixech, presidente de la Fundació Barcelona Comerç y artífice de la iniciativa, destacó que en cualquier tienda de los 17 ejes comerciales de la ciudad se repartirán vales de 2 por 1, de modo que el coste finalmente será para muchos la mitad. También se ofrecerán usos gratuitos para escuelas en horas poco frecuentadas.

Teniendo en cuenta que podrán patinar entre 350 y 400 personas a la vez, la organización confía en poder domesticar las colas que se creen para evitar atascos. En el momento en que estas superen la capacidad de la pista, se venderán los tíquets pero se indicará al interesado que regrese más tarde para minimizar esperas.

Al margen de la superficie helada (con un área infantil), la instalación comprende también una estructura de cúpula para proteger la zona de las inclemencias meteorológicas, así como una zona de vestuarios de 200 metros cuadrados y otra de 125 para accesos. En la parte más próxima a la Rambla una cafetería con terraza remata la oferta.

Pese a lucir helada gracias a generadores provisionales, Bargelona no pudo abrirse ayer al público a falta de la conexión definitiva a la red de Endesa. Solo una empresa catalana tenía capacidad para perforar el terreno y conectarla, entre cables de alta tensión, y esta operación no se podía ejecutar hasta la tarde, explicó Albuixech. Por ese motivo, la pista se abrirá 24 horas más tarde, es decir, hoy a las cinco de la tarde.

Algunos comerciantes, como Javier Cottet, presidente de Barna Centre, plantearon incluso al ayuntamiento la posibilidad de prorrogar su funcionamiento (previsto hasta el 8 de enro) durante todo el mes, para animar la temporada de rebajas.

Comerciantes y políticos confían en que la pista dé ambiente navideño, incite a las compras y haga más atractiva a Barcelona como destino de compras. Funcionará de 10.00 a 21.00 horas, y hasta las 23.00 en viernes y vísperas de festivos. Los días 24 y 31 cerrará a las 20.00 horas, mientras que el de Navidad funcionará solo de 11.00 a 14.00.