EL PASADO DE LA CIUDAD

Hallado un posible segundo templo de la Barcelona romana

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Barcelona pudo tener dos templos romanos, y no solo el de Augusto, parte del cual se conserva en la sede del Centre Excursionista de Catalunya de la calle del Paradís. Esta es la hipótesis que lanza la conservadora jefa del subsuelo de la plaza del Rei, Julia Beltrán de Heredia, después de identificar, durante las prospecciones arqueológicas del 2014 bajo la iglesia de los Sants Just i Pastor, los indicios (la esquina de un podio y varios muros) de este segundo templo paralelo al conocido desde hace siglos.

El descubrimiento de estos restos se anuncia en un artículo de la revista Quaderns d'Arqueologia i Història de la Ciutat de Barcelona que se presenta hoy y que redibuja el centro de la Barcelona romana. El hallazgo de este posible segundo templo no es la única novedad del trabajo. En él se desvela también la existencia de los restos de la Curia Barcinonensis, la sede del gobierno de la colonia romana, en la calle de Sant Honorat, y la detección de varios muros que serían los primeros restos del foro romano que permiten dibujar el perímetro de este espacio público, más amplio de lo defendido recientemente.

Dos templos gemelos

La Barcelona romana (de hecho, el centro monumental y amurallado de esta) se levantaba sobre una colina con dos pequeños promontorios casi gemelos, de 17 y 14 metros de altura, dándole un perfil similar al de la espalda de un camello. Quien camine en dirección de la plaza de Sant Jaume por la calle de Jaume I podrá ver que a su derecha las calles ascienden (hacia el punto, en la calle del Paradís, donde se hallan los restos del templo de Augusto), pero también lo hacen por la izquierda (hacia el lugar donde se halla la iglesia gótica de los Sants Just i Pastor). Ese punto se ha convertido, tras las campañas de excavaciones de los últimos años, en un lugar de inmenso interés arqueológico, «un gran archivo», en el que se ha indagado en «el 10% de la superficie excavable», explica Beltrán de Heredia. Ya se ha identificado la iglesia que habría acogido durante el periodo visigótico la catedral católica de la ciudad (mientras bajo la actual catedral se hallaba durante un siglo la sede arriana) y ahora se plantea también allí el hallazgo de las bases de un segundo templo imperial.

En el artículo de Julia Beltrán de Heredia se pone en evidencia la presencia en este lugar de un edificio de carácter público. «Las estructuras nos indican el trazado de un pórtico o de una fachada monumental con pórtico», unos grandes muros paralelos donde se debían apoyar los pilares y una zona central donde «se localizó un gran podio/plataforma en terraza».

El trazado corresponde al de un gran edificio público paralelo al templo dedicado al culto imperial, cada uno en lo alto de un pequeño promontorio, y el artículo recuerda que en las ciudades romanas «eran siempre los edificios religiosos los que se levantaban por encima de los públicos y administrativos», por lo que se serían «seguramente dos templos en paralelo».

Pero si Beltrán de Heredia plantea aún la existencia de dos templos gemelos presidiendo la Barcino romana entre interrogantes, defiende con mucha más convicción un nuevo dibujo del foro de la ciudad, el espacio público que contendría los templos en lo alto y una terraza siete metros por debajo con los centros administrativos de la pequeña colonia. Una de las dos grandes novedades sería el descubrimiento de la Curia Barcinonensis bajo el subsuelo de un edificio propiedad de la Generalitat en la calle de Sant Honorat. Se trataría del espacio donde se reunían los magistrados que gobernaban la colonia. Haciendo un paralelismo ligeramente anacrónico, el salón de plenos municipal (a solo un centenar de metros del actual).

De esa excavación, actualmente visitable, se había deducido la presencia de una domus, una vivienda acomodada, del siglo IV. Pero según plantea Julia Beltrán de Heredia, los muros de 1,5 metros de ancho, con sólidos sillares y placas de mármol en las paredes, que se conservan debajo de ella fueron construidos en la misma fundación de la ciudad y apuntan hacia un edificio público que identifica como la curia, la sede del ordo decurionum, el consejo municipal integrado por las cabezas de las familias ilustres de la ciudad. El perfil que indican los muros, el de un edificio con un atrio o patio y una aula, es muy similar a las curias de Cartagena y Baena y la presencia de un ara, una estatua y restos decorativos notables ayuda a definir la identificación de este espacio.

Un foro amplio

La situación de la curia (seguramente con una pequeña basílica, o mercado público, a su lado) permite dibujar uno de los extremos del foro, el opuesto al ocupado por el templo imperial. Ello volvería a dar al foro de Barcelona las dimensiones que tradicionalmente se le habían atribuido, ya que recientemente se había planteado que este espacio habría sido residencial.

Pero un tercer elemento, las excavaciones en el sótano de un hotel en construcción en la esquina de las calles de Freneria y Pietat, tras el ábside de la catedral, permiten dibujar por primera vez el trazado del pórtico que delimitaría el perímetro del foro. En la memoria aún inédita de las excavaciones, a cargo de Gemma Caballé, se identifican «los primeros testimonios arqueológicos del pórtico del fórum de la terraza superior». Se trata de dos muros en ángulo de 90o, otro muro paralelo y una terraza, excavada en la roca, que cerraría el foro por el lado noroeste.

El artículo de la revista del Museu d'Història de Barcelona (Muhba) dibuja las dos manzanas de la ciudad incluidas en el foro y que estarían ocupadas por el templo de Augusto, rodeado de pórtico, y la terraza inferior cerrada al otro extremo por la curia. Sin embargo, las dos manzanas vecinas han mostrado la presencia de más edificios públicos, las termas en la plaza de Sant Miquel y el posible templo de Sants Just i Pastor, que harían que el foro, o este y los espacios públicos anexos, ocupasen una cuarta parte de la superficie del recinto amurallado, dejando espacio para que solo un puñado de familias notables viviesen también en el interior de la muralla, lo que desplazaría gran parte de la población de Barcino a los barrios exteriores a la muralla y confirmaría las características, según Beltrán de Heredia, de «una ciudad muy pequeña y muy de representación, un espacio de poder para controlar el territorio».

El año pasado, los arqueólogos Ada Cortés y Héctor Orengo propusieron en la revista de arqueología de la Universidad de Oxford girar un 90o la orientación del templo y el foro (en dirección a la actual catedral, no hacia el actual Palau de la Generalitat). El artículo de Beltrán de Heredia interpreta que los restos hallados en Freneria-Pietat descartan esta posibilidad.