TRIBUNA

Hagamos llegar el metro a los barrios de La Marina

La financiación privada de la L-9 y la L-10 ideada por el tripartito ha sido nefasta

Obras paralizadas de la L-9 en la Zona Franca.

Obras paralizadas de la L-9 en la Zona Franca.

JORDI MARTÍ I GALBIS / CONCEJAL DE SANTS-MONTJUÏC

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Los barrios de La Marina del distrito de Sants-Montjuïc sufren desde hace demasiados años una carencia que hay que resolver pronto. La línea 9 del metro y el ramal de la L-10 aún no dan servicio a los vecinos de estos barrios. Mirando atrás, cabe recordar que la génesis de este gran proyecto de transporte metropolitano se produjo con los gobiernos de CiU, con el Plan Director de Infraestructuras 2001-2010. Y también es pertinente recordar que el actual conseller de Territori i Sostenibilitat de la GeneralitatSanti Vila, afirmó al inicio de su mandato que este proyecto era el principal problema que tenía sobre la mesa. Pero ahora es prioritario hacer llegar el metro a La Marina, por una cuestión de justicia, de progreso y de equidad.

Los obstáculos que han afectado a la construcción de la L-9 y de la L-10 han sido varios durante los últimos años. Unos han tenido origen en problemas técnicos y otros, los más relevantes, en problemas financieros de la Generalitat de Catalunya. Estos obstáculos los han sufrido gobiernos de diferentes colores. Sin embargo, las operaciones diseñadas por el tripartito, consistentes en obtener financiación privada para hacer frente a los grandes costes que representa esta obra, a través del otorgamiento de los derechos de explotación de las estaciones, han supuesto a cambio el pago de un canon a las empresas concesionarias, entre el 2009 y el 2042. Un canon que este 2015 alcanzará los 250 millones de euros y que llegará a representar una aportación de la Generalitat de más de 400 millones de euros durante los sucesivos años. Un canon que ha sido nefasto para garantizar la sostenibilidad económica de esta obra. Y sobre todo últimamente, cuando la situación financiera de la Generalitat es más crítica como consecuencia de la asfixia premeditada del Gobierno del Estado.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona hemos trabajado durante todo el mandato para adelantar la llegada de la L-10 a La Marina, pidiendo permanentemente a los responsables de la Generalitat el desbloqueo de una situación injusta y lesiva para miles de barceloneses. Hay que poner en valor las movilizaciones de los vecinos y entidades del barrio, plenamente justificadas y que atienden al agravio comparativo frente a las posibilidades de conectividad que tienen el resto de barrios de la ciudad. Tal como afirmó el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, durante el último pleno municipal, el ayuntamiento ha ofrecido a la Generalitat en reiteradas ocasiones la posibilidad de aportar recursos económicos para poder financiar el proyecto con una fórmula que garantice al consistorio la recuperación de la inversión.

Paralelamente, desde el distrito de Sants-Montjuïc hemos trabajado codo con codo con Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) para mejorar el servicio de autobuses a los barrios de La Marina. Se ha creado la Mesa de Movilidad de La Marina para compartir la información y las mejoras del transporte público que hay que introducir con la finalidad de poder atender las necesidades de los vecinos de estos barrios. Esperamos que la voluntad política de ambas administraciones se traduzca en un acuerdo durante este 2015 que permita la llegada del metro a La Marina pronto, justo después de que a primeros del 2016 haya entrado en servicio la L-9 hasta el aeropuerto de El Prat.