Gabo, vivir para leerlo

Casi cien días (de soledad) después de la muerte de Gabriel García Márquez, La Casa América le rinde un homenaje en CaixaForum. El título no puede ser más evocador: Vivir para leerlo. Los escritores Rosa Regàs y Jordi Soler abrirán el acto con una mesa redonda junto a los autores colombianos Juan Gabriel Vásquez y Daniel Samper Pizano, cuyas obras están marcadas por la pluma del premio Nobel. Juntos desgranarán su legado literario y recordarán al Gabo reportero, el que aseguraba que «aunque se sufra como un perro, no hay mejor oficio que el periodismo».

También repasarán su relación con Barcelona, donde vivió durante siete años y donde escribió El otoño del patriarca, en 1975. Lo harán a través de sus otras dos grandes pasiones: la música y el cine. El escritor era un melómano empedernido -llegó a decir que la música le gustaba más que la literatura- y se consideraba un realizador frustrado. Fascinado por el séptimo arte, quiso ser director y estudió cine en Roma.

Aunque se acabó decantando por las palabras en vez de por las imágenes, colaboró como guionista en algunos proyectos y antes de ser cronista fue crítico cinematográfico. En los 80 fundó la prestigiosa Escuela internacional de cine de Cuba, para financiar la carrera de jóvenes latinoamericanos. Como no podía ser de otra manera, sus novelas más célebres fueron llevadas a la gran pantalla, pero no cosecharon el mismo éxito que en las librerías. Ni El amor en los tiempos del cólera, con Javier Bardem, ni El coronel no tiene quien le escriba, con Salma Hayek, lograron buenas críticas. «Mis relaciones con el cine son las de un matrimonio mal avenido, que no pueden vivir juntos ni separados», resumía.

Tras el coloquio llegará la música de la mano del grupo de cumbia Lumbalú y de tres artistas invitados: Joan Garriga, líder y voz de La Troba Kung-Fú, la cantante Marta Gómez y la bailarina Carolina García (ambas colombianas). «El homenaje, de marcado acento caribeño, está inspirado en el espíritu festivo que impregnó la entrega del premio Nobel de Literatura a García Márquez en 1982», explican desde la organización.

Sus admiradores pueden acercarse a La Casa América hasta el 31 de julio para firmar el libro de dedicatorias Palabras para Gabo. Tras esta fecha, será entregado a la casa museo del autor en Aracataca, el pueblo donde nació y que convirtió en Macondo en Cien años de soledad. Las páginas en blanco del libro se han ido llenando desde el día de Sant Jordi con emotivas frases de recuerdo, entre las que se puede leer dedicatorias como: «Él vivió para contarla, ahora nos toca a nosotros vivir para leerlo».