Iniciativa municipal en centros educativos de Barcelona

De formación, emprendedor

Sesión de trabajo entre unos 150 estudiantes y 40 mentores, a principios de este mes.

Sesión de trabajo entre unos 150 estudiantes y 40 mentores, a principios de este mes.

CARME ESCALES
BARCELONA

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Ideas que pueden convertirse en negocio pueden surgir de una mente a muy temprana edad. Y no por ello deberían tener más o menos relevancia. Otra cosa son los medios que nuestra sociedad pone al alcance de las personas en las diferentes etapas de su vida para estimular talentos que puedan vislumbrar proyectos empresariales. Con el objetivo de incentivar en ello a jóvenes estudiantes de secundaria y bachillerato, el Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona Activa, la Fundació Escola Emprenedors y el Área Metropolitana de Barcelona impulsan los programas Be an Entrepreneur y Start Up School.

El primero de ellos inicia a los alumnos en las claves esenciales a la hora de concretar ideas que pueden llegar a materializarse en negocios, así como los retos que plantea la experiencia de emprender. La iniciativa se lleva a cabo en las mismas aulas donde los jóvenes cursan sus estudios, en 13 sesiones de una hora insertadas en su horario lectivo a lo largo de un trimestre.

SELECCIONAR IDEAS/ El programa Start Up School, sin embargo, está orientado a descubrir jóvenes talentos. Para ello convoca un concurso de planes de empresa entre alumnos de secundaria. El pasado 20 de marzo se cerró la recepción de candidaturas. «Se han presentado 80 ideas empresariales de 17 centros escolares. De ellas, 38 han sido seleccionadas para continuar en su avance de idea a prototipo de negocio durante los meses de abril y mayo en grupos mentorizados por una persona con experiencia en el mundo real de la empresa o la emprendeduría», declara el presidente de Fundació Escola Emprenedors, Jordi Naval. Desde el año 2007, la fundación a la que representa Naval trabaja en proyectos educativos destinados a integrar la formación sobre cómo se pone en marcha una empresa desde cero, partiendo tan solo del engendro de una idea, en las aulas de los colegios e institutos. «Catalunya y Barcelona cuentan con un ecosistema de servicios de asesoramiento, acompañamiento y estímulo de potenciales emprendedores, como Barcelona Activa, y el resto de servicios de promoción económica de los ayuntamientos, pero en la franja educativa no había nada que se pudiera hacer desde la realidad», argumenta Naval. «Si tienes 18 años existen concursos y herramientas para ayudarte a tirar adelante con iniciativas de empresa, pero sin que antes nadie te haya explicado nada sobre ello», añade Jordi Naval.

CONTACTO CON EL MUNDO REAL/ «Potenciar la actitud emprendedora de los jóvenes y su inglés aplicado a los negocios es un valor añadido que en nuestro centro hace años que ofrecemos con la Fundació Escola Emprenedors», dice Núria Font, profesora de la escuela SAFA. En ella, Sara Giménez sigue el programa Be an Entrepreneur. «Con dos compañeras estudiamos cómo crear gafas con materiales reciclados que, además, con placas solares laterales incorporadas acumulen energía para cargar una luz frontal», explica la joven de 14 años. «No tengo claro qué estudiaré pero trabajar esto en 3º de ESO creo que me ayudará en un futuro», expresa. «Justo en el momento en que los jóvenes deben escoger un itinerario académico en base a un objetivo laboral, es importante que seamos capaces de inspirarles y ayudarles a descubrir todo su potencial, reforzar su creatividad y despertar su espíritu emprendedor. Si alguna cosa exige o necesita el mercado de trabajo son profesionales que, además de formación, habilidades y talento, tengan también una actitud proactiva y comprometida», puntualiza la teniente de alcalde de Economía, Empresa y Ocupación en Barcelona, Sònia Recasens. «Estos programas permiten a los jóvenes contemplar la emprendeduría como una salida profesional viable, estando alertas ante las oportunidades que el mercado y la ciudad ofrecen», concluye Recasens. El pasado año, el departamento de innovación de Coca-Cola contactó con los impulsores de una gama de bebidas relajantes, participantes en el Start Up School del 2103, para que fueran a Madrid a presentarles su idea. «Me consta que valoraban una posible colaboración», dice Jordi Naval.