Portal de l¿Àngely paseo de Gràciason los que másnegocios abiertossuman en festivo

Domingo ¿de tiendas?

trias opina que la apertura del comercio en festivos no tiene el éxito deseado entre los turistas, pero los ejes del centro de BCN replican que el problema es el horario fijado

Tienda abierta en domingo en el centro hace varias semanas.

Tienda abierta en domingo en el centro hace varias semanas.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Al ejercito de turistas desplegados por Barcelona en pleno verano  ¿les apetece más dedicar el domingo por la mañana a ir a la playa o a descansar tras una larga noche o irse a comer una paella o lanzarse a una jornada de compras? Difícil respuesta a priori. Pero conforme avanza el verano, parece que el shopping no es el objetivo ideal en las primeras horas de un festivo en Barcelona. Y que aún son muchos los recién llegados que no tienen ni idea de que las persianas de los ejes más céntricos y turísticos se elevan en una coreografía fijada cada domingo a las diez de la mañana, para apagarse a las seis de la tarde.

El alcalde Xavier Trias, siempre cauto en la espinosa cuestión de los horarios -las urnas obligan-, aventuró ayer que «el mundo del comercio se creía» que la ampliación comercial pactada in extremis en junio iba a tener un impacto «mucho más importante» en términos económicos. Pues bien: «Probablemente nos encontraremos con que no es tanto como parecía». Hizo estas declaraciones en el marco de una entrevista en el canal 3/24, dejando claro que hasta octubre no habrá un balance definitivo, y será entonces cuando junto con el sector se decidan los próximos pasos a seguir.

La decisión de abrir en festivo en julio, agosto y la primera mitad de septiembre ya fue un parto con fórceps. Una primera tentativa de apertura matutina se estrelló por falta de apoyo político y CiU tuvo que aliarse con el PP a costa de estirar un poco los horarios, hasta llegar a la jornada de ocho horas. Pero ayer en los ejes turísticos replicaron que la principal traba al éxito este verano ha sido precisamente la franja de apertura. Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, entidad que aglutina a ejes como Pelai, la Rambla, Rambla Catalunya, Passeig de Gràcia, Barna Centre, el Born y la Ribera, Diagonal, Raval, Paral·lel y la Barceloneta, lamentó que el horario decidido no se ajustase más a la realidad de Barcelona. «En verano todo se hace más tarde y a las seis de la tarde es justo cuando las tiendas se animan», y cuando son obligadas a cerrar bajo amenaza de sanción.

El colectivo se sumó al acuerdo - pese a no comulgar tampoco con el periodo elegido- para desencallar el conflicto que amenazaba con tener las tiendas cerradas en domingo todo el verano, pero a sabiendas de que el horario más lógico es de «de 12.00 a 20.00, o hasta las 21.00 horas», agrega. Aún con todo, Jené pide paciencia para «consolidar el hábito, porque el turista no lo sabe y la respuesta no puede ser inmediata» cara al próximo pacto.

A negociar de nuevo

En la misma línea se pronuncia Javier Cottet, presidente de Barna Centre, donde asumen que julio ha sido un mes más flojo de lo previsto, influido por el tiempo, y que los domingos han corrido la misma suerte por el horario. Y también Lluís Sans, desde el paseo de Gràcia, donde abren dos tercios de las tiendas con resultados regulares. Sin pérdidas, pero sin alardes. No obstante, insiste en que el de este verano era un «primer paso» necesario cara a una apertura más liberalizada y coherente que se pactará en octubre. «Lo idóneo sería de Semana Santa a Todos los Santos», defiende. Es entonces cuando hay más turismo de compras.

Jené añade que el aeropuerto ya vive esa misma dinámica, ya que los meses punta de viajeros (en verano) no coinciden con los de máxima venta. Agosto se caracteriza además por domingos con un gran volumen de excursionistas llegados de la costa en tren, cuya prioridad es recorrer la ciudad, no meterse en tiendas ni gastar en exceso.

Desde el pequeño comercio, articulado en la Fundació Barcelona Comerç, donde siempre se han decantado por acuerdos de mínimos centrados en el turista para no modificar los hábitos de compra del barcelonés en sus barrios, asumen que el verano «no está funcionando muy bien». Salvador Albuixech, su portavoz, lo atribuye a la falta de costumbre y de comunicación.

En ejes como Creu Coberta, las aperturas son mínimas. Las mayores cuotas son para el paseo de Gràcia y el Portal de l'Àngel, mientras en otras rutas representan la mitad de la oferta normal, y en algunas una cuarta parte. El horario no anima a abrir, aducen en Barcelona Oberta.