La defensa del buque ruso alega culpabilidad compartida en el choque del puerto

La abogada de los dos marineros rusos investigados por el hundimiento del pesquero El Fairell, el pasado 20 de marzo ante el Puerto de Barcelona, ha asegurado este jueves que la embarcación no varió su rumbo hasta justo antes de la colisióno y tener muy cerca al mercante ruso 'MID Volga2'. Según Teresa Vallverdú, en su declaración como testigo ante la juez que investiga la muerte de dos pescadores en el siniestro, el patrón de El Fairell ha caído en algunas inconcreciones y contradicciones, y ha reconocido que primero vio el barco ruso, no varió su rumbo, lo dejó de ver y después ya lo tenían encima. Además, tampoco habría oído la sirena del barco más grande.

Tanto el patrón como uno de los tres marineros de El Fairell, los dos únicos supervivientes de los cuatro tripulantes, han declarado como testigos ante la magistrada, acompañados de un abogado de la Cofradía de Pescadores. En el caso solo están imputados, de momento, el capitán y el primer oficial del mercante ruso, pero su abogada podría pedir que también fueran investigados los dos marineros de El Fairell, al considerar que hubo una "concurrencia de responsabilidades" en el siniestro. Así, según las primeras pruebas periciales sobre la trayectoria de las dos naves, Vallverdú cree que el pesquero habría tenido que hacer alguna maniobra de huida para esquivar el choque, ya que es una embarcación más pequeña y, por lo tanto, más ágil que el MID Volga 2 .

ANÁLISIS DE LA CAJA NEGRA

Sin embargo, y como ha confirmado el patrón del pesquero, no varió su rumbo. Los dos pescadores han declarado durante poco rato y tras su comparecencia han salido por una puerta latral de la Ciudad de la Justicia para evitar a la prensa. El barco ruso ya ha regresado a su país de origen pero está a la espera del análisis de la caja negra para terminar de aclarar la ruta exacta. Por su parte, el pesquero no será reflotado porque el coste de la operación sería muy alto y no aportaría a la investigación nuevos datos.

En el barco pesquero viajaban cuatro hombres. Dos de ellos, de nacionalidad española, pudieron ser rescatados por la tripulación de la nave rusa, y dos más, un senegalés y un marroquí, que se hundieron con los restos de la barca destruida a 160 metros de profundidad. Las tareas de rescate de los dos cuerpos se alargaron durante cinco días e implicaron la utilización de un robot submarino de Salvamento Marítimorobot submarino  con capacidad para descender hasta esa profundidad.

El Juzgado de Instrucción número 19 de Barcelona decretó libertad bajo fianza de 50.000 euros para el primer oficial del mercante ruso tras tomarle declaración. Tanto este miembro de la tripulación como el capitán del barco habían sido citados en calidad de investigados, pero el segundo quedó en libertad provisional porque era el primero el que pilotaba la nave en el momento del accidente. El juez les acusa de dos delitos de imprudencia grave con resultado de muerte.