DE 'TERRACEO' POR BCN 4. Nuevas o renovadas

Cuando la acera es la platea

UMO  Tarragona, 99

UMO Tarragona, 99

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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El verano 2014 ha sellado el récord de terrazas en Barcelona (4.501), coincidiendo con el estreno de su nueva ordenación. Pero la contundencia de la cifra convive con un volumen de denegaciones de licencias también inusitado: 876 se han llevado un 'no' por respuesta. Los que han logrado hacerse con un pedazo de espacio público para extender su negocio solo son unas 150 más que hace un año. Destacamos algunas por su ubicación, sus alianzas o por renovar su escenario.

La inhóspita plaza de España, erigida en puente de unión entre distritos y ajetreo continuo de paseantes y tráfico rodado, empezó a sumarse a los espacios donde poder instalar las posaderas con la irrupción del centro comercial Arenas de Barcelona. Al recinto le afloraron tropecientas terrazas tanto en los altos como a pie de calle. Para no ser menos, otra acera, de la calle de Tarragona, refuerza la ruta. El instigador es el Hotel Catalonia Barcelona Plaza, por partida doble. Por un lado, con la platea urbana de su restaurante Filigrana. Por otro, con la del Umo, que además se bifurca en propuesta doble. Una más pensada para comer o cenar, y otra tipo lounge para tomar algo relajadamente. En materia de palillos, y en asociación con el Grupo Nomo, su reinterpretación japonesa incluye sus propias creaciones a base de sushi y una brasa nipona de pescados y carnes, con el pulpo como abanderado y los precios contenidos. Todo a un paso de la Font Màgica como reclamo de la zona.

Igualmente meritorio es haberse desplegado en una plaza tan dura como la de George Orwell, donde la presencia de nuevos negocios de calidad (como sucedió en la plaza Reial) ha desplazado a otros lares la conflictividad. Aquí, es el Aparthotel Arai el que alberga los nuevos fogones del Palosanto y su correspondiente mirador, además de unos bajos (Kaki) donde brindar. En asociación con el Grupo San Telmo, el resultado se autodefine como neotaberna, donde prometen clásicos, antiguas recetas, «de verdad» y tapas difíciles de encontrar en un radio cercano, junto con platos donde calamares se alían con foie y callos de mar con garbanzos, destacan. La terraza que completa la propuesta y que da a la plaza es un mirador generoso al latido de Ciutat Vella.

En el Eixample, el territorio con más mesas de la ciudad, debutan varias opciones al descubierto, como la agradable terraza de tapeo o platos más rotundos del resucitado Reñé (Consell de Cent, 362), y la concurrida y amplia terraza del Colmado, donde quedar, vermutear o tomar algo en Enric Granados (con Provença). Muy cerca, la Bodega Granados -de Galera Group y hermana de Loria (en Roger de Llúria) -, se ha hecho con la hegemonía de la esquina con Consell de Cent en poco más de año y medio, pero este verano estrena decoración  y carta. La tapa con sustancia y los platillos mediterráneos de temporada para compartir son la estrella, con cocina a cualquier hora, en un ambiente agradable y protegido por vegetación y pequeñas lamparitas que agregan dosis de intimidad en la calle más de moda para terracear a destajo.

En una plaza rescatada. El nuevo local abre todo el día, de 12.00 a 00.00 horas, y en la terraza aún se puede apurar un poco más. Tienen un menú de mediodía de 15 euros, y opción de carta por entre 30 y 40 aproximadamente.

En la calle de moda del Eixample. Tienen cocina abierta de 8.30 a 00.00 y viernes y sábados hasta la 1.00 horas. Hay una propuesta de mediodía a 14,50 euros, o carta de tapas.

La plaza de Espanya existe. En el lado Sants de la plaza, combina zona de restaurante y lounge para tomar algo. De 13.00 a 00.00 y viernes y sábado hasta la 1.00. Reducción de carta entre las 16.00 y las 20.00 horas.