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Ciutat Vella frena el club de patín catalán

Condiciona la licencia de actividad a que reduzca la superficie de restaurante

Parte de las instalaciones ya casi finalizadas en el Moll de la Marina, que iba a acoger el club de patín catalán, ayer.

Parte de las instalaciones ya casi finalizadas en el Moll de la Marina, que iba a acoger el club de patín catalán, ayer.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Debía de haberse inaugurado hace semanas. Iba a ser el primer club de patín catalán, en el Moll de la Marina, justo enfrente del Hotel Arts y en un espacio pendiente de uso. Pero el cambio en el gobierno municipal de Barcelona ha dado un giro a la situación. El plan que bendijo CiU ha sido frenado por el equipo de Colau, que discrepa sobre los porcentajes de los distintos usos que tendrá el recinto deportivo. La concejala Gala Pin les ha ofrecido iniciar solo la actividad deportiva a pie de arena, pero sin utilización de las instalaciones, ya que de momento carecen de licencia de actividad. La empresa promotora, Clam Patí Vela, rechazó ese apaño en julio.

El proyecto del club, que EL PERIÓDICO avanzó el 17 de mayo, pretendía promocionar una práctica deportiva con mucha tradición en Catalunya, y a la par resolvía el penoso estado en que se encontraba la zona, poco visible desde el paseo Marítim. La explanada de hormigón del muelle tenía un módulo que promovió Endesa para usos temporales y que luego quedó en el olvido. Bajo el cemento había un amplio interior donde años atrás la ONCE creo un montaje sensorial y un almacén del servicio de limpieza municipal. Todo estaba en mal estado y por la noche atraía incluso prostitución.

No tuvo otro uso porque las diversas propuestas de tipo gastronómico y lúdico no contaron con apoyo municipal, al haber ya suficiente ocio en la zona. Sin embargo, el enfoque deportivo fue bien visto por las administraciones locales, aunque la inversión sería 100% privada, de la mano de tres socios locales.

VOLUMEN

Pero si el anterior ayuntamiento dio el visto bueno al plan, que incluía un restaurante que ocupase como máximo el 25% de las instalaciones construidas (una parte interior y otra en el módulo rehabilitado y reconstruido en la arena), Pin se apoya en un informe jurídico para defender que el espacio de «usos complementarios» -restauración- sea solo del 8%. Una cuota que hace inviable la rentabilidad del plan, porque el volumen de socios del primer año sería de unos cientos. Y se trata de un deporte popular.

Fuentes municipales indican que el ayuntamiento está dispuesto a otorgar algún tipo de ayuda o subvención para la difusión de la práctica de dicho patín, con unos 2.000 usuarios en Catalunya. Y que entenderían que la empresa reclamara responsabilidades patrimoniales, ya que ha efectuado la inversión ascendía a 2,5 millones de euros y ya estaba casi lista. Pero Ciutat Vella descarta otorgar licencia de actividad si no se redistribuyen los usos y precisa que el restaurante sería solo para los socios.

La intervención ha implicado la rehabilitación de todo el espacio, que incorpora una atarazana para construir patines, zona de museo, enseñanza y alquiler de estos y una zona infantil para las familias. Los promotores confían en que al final pueda ver la luz.