RETIRADA DE UN LÍDER SOCIALISTA DE LA CAPITAL CATALANA

Ciudadano Hereu

El exalcalde se despide de la política en un acto multitudinario con 500 personas en la antigua fábrica Fabra i Coats de Sant Andreu

Hereu, con el también exalcalde socialista Narcís Serra, el viernes.

Hereu, con el también exalcalde socialista Narcís Serra, el viernes.

XAVIER BARRENA
BARCELONA

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Acabó su discurso, pero no pudo bajar de la tarima, porque se le arremolinó una multitud dividida en pequeños grupos. Todos querían sacarse una foto con él. Con el ciudadano Jordi Hereu. En un día cargado de emoción, el exalcalde se despidió el viernes del pleno del Ayuntamiento de Barcelona, de sus compañeros de grupo municipal en una comida, y por la noche, de todos aquellos que quisieron acercarse a la antigua fábrica Fabra i Coats de Sant Andreu.

«Lo mío es la distancia corta».Fue una de sus frases por la mañana, en el pleno. Y es que Jordi Hereu en la distancia corta es quizá el único político que conecta con la gente, quepujoleja, pero sin caer en la imitación alexpresidentde la Generalitat. Con estilo propio. Élhereueja.

No, no es una comparación extensiva de Hereu y Jordi Pujol. Pero puntos en común sí tienen. O es que esa visión iniciática del exalcalde de Barcelona desde su Sant Gervasi natal,«solo interrumpida por los Tres Turons», que le ocultaban Ciutat Vella (según contó el viernes), no se parece a la Catalunya que vio elexpresidentdesde el Tagamanent?

Y mientras Pujol se decidió a luchar por levantar una Catalunya arrasada por la guerra civil, Hereu se propuso batallar por una ciudad que en el tardofranquismo y en el inicio de los años 80«se rebelaba contra el destino y contra aquellos que la querían hacer más cerrada». Un grupo entre el que cabe contar, según el ideario de los socialistas, muy en especial a los convergentes, curiosamente.

En otras cosas, es obvio, no se parecen en nada. Por ejemplo, en su lucha con el partido. Mientras Pujol era el partido, Hereu tuvo que soportar mil zancadillas de la dirección del PSC. Eso sí, rememoró ayer su amigo y primer secretario de la federación de Barcelona, Carles Martí, cuando arreciaba la presión, Hereu se negó a ceder. Y curiosamente lo hizo con la más pujolista de las frases nunca creada: «No toca».

Y en lo que no se parecen es en la distancia larga.«No he sido un alcalde mediático», señaló. Esa falta de conexión fue lo que le llevó a la derrota electoral a la que el viernes, obviamente, hizo referencia: «Perdí un combate», dijo ante los 500 congregados en la Fabra i Coats (a 10 euros por cabeza, para sufragar el alquiler y las chapitas deGràcies, Jordique se repartieron)«pero la batalla sigue», y miró a su sucesor, Jordi Martí. Alguien que, por cierto, tendrá que aprender ahereuejar.

Hereu no se quitó la sonrisa en ningún momento. No se emocionó, al menos en público. Y cerró sus apariciones públicas, de momento, con toda una declaración de intenciones:«He sido feliz y espero seguir siéndolo».