Modificación del plan de usos aprobado en el 2010

CiU abrirá el coto hotelero en Ciutat Vella tras dos años de restricciones

Un turista toma fotos de la Catedral de Barcelona, ayer, en un receso de su largo paseo por Ciutat Vella para encontrar su hotel.

Un turista toma fotos de la Catedral de Barcelona, ayer, en un receso de su largo paseo por Ciutat Vella para encontrar su hotel.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras una semana en el cargo de concejala de Ciutat Vella, Mercè Homs ya avanzó que el distrito era un lugar «cambiante», que algún ajuste se tendría que hacer, siempre al hilo de la convivencia. Era el 8 de julio del 2011, y pocos meses después el alcalde Xavier Trias allanaba el terreno asegurando que un hotel de cinco estrellas en según qué zonas «no crearía problemas». Se mascaba una modificación del férreo plan de usos que rige estos cuatro barrios, quizás los más peculiares de Barcelona al margen de la alpina Vallvidrera. Y así será, con una nueva hoja de ruta que sacude la línea de flotación del plan anterior: el veto hotelero.

El proyecto está en su fase más tierna. Sirva esta premisa para dejar claro que las cosas todavía pueden cambiar. Tras la aprobación inicial del plan por parte del gobierno local se abrirán 30 días de exposición pública. Después, el texto irá a la comisión de Hábitat Urbano, para luego terminar en el pleno y ser aprobado, previsiblemente, antes de verano.

El borrador, al que ha tenido acceso este diario, manifiesta la intención de CiU de «adaptarse al nuevo marco económico» introduciendo «pequeños ajustes al texto normativo». El documento, aunque minimice sus intenciones, aporta novedades muy destacables. Si se aprueba tal cual está, todos los hoteles del distrito que lo deseen podrán realizar ampliaciones siempre que compren camas a otro operador, esto es, adquieran una licencia ajena de manera que no se incremente el número de plazas totales permitidas.

DORMIR EN LA 'CROSTA' / El cambio más significativo se produce en la denominada crosta del distrito, el límite que se ve dibujado en el gráfico adjunto. En todo ese perímetro, según el redactado con sello de la dirección de Planeamiento del ayuntamiento, se realiza «un cambio en la regulación de actividad hotelera», de manera que se posibilitan «nuevas implantaciones» sin necesidad de comprar licencias a terceros. Como condición, deberá tratarse de establecimientos con un máximo de 200 habitaciones que no podrán ocupar más del 55% del total del edificio, requisito que ya se exige en el plan de usos vigente, aprobado por el pleno el 23 de julio del 2010 con la abstención de CiU y la oposición del PP.

Visto con perspectiva, no es un detalle baladí que esos dos partidos fueran los más recelosos al proyecto impulsado por Itziar González, la exconcejala independiente que abandonó el cargo por «agotamiento» pocos meses antes. Populares y nacionalistas -es conocido el sentir contrario del resto de partidos a abrir el coto hotelero- parecen ahora destinados a entenderse para poder sacar adelante la modificación del plan de usos, aunque todavía es pronto para aventurar un acuerdo, más aun cuando en paralelo hay una batalla política sobre la aprobación de las inversiones del 2013.

El documento también refleja una de las reivindicaciones históricas de los hoteleros de la ciudad: la conversión en hotel de los edificios catalogados del distrito. Se podrán habilitar «con independencia de la zona» todos los inmuebles catalogados con nivel de protección B -cerca de 500- «para posibilitar su restauración y puesta en valor».

Fuentes municipales aseguraron ayer que la propuesta «mantiene el espíritu y los objetivos del plan de usos vigente», al que se han incorporado «las conclusiones establecidas en las comisiones de seguimiento». «Tras la experiencia de los últimos dos años y buscando el máximo consenso con las fuerzas políticas y los vecinos, el gobierno impulsa la modificación de alguno de los instrumentos actuales para hacerlos más efectivos», resume la misma voz municipal.

¿Significará esta nueva hoja de ruta que Ciutat Vella se llenará de hoteles en los próximos años? Dada la coyuntura económica, será muy difícil que los operadores hoteleros empiecen a llover del cielo. Lo que sí brotarán son proyectos en barbecho e inmuebles comprados hace pocos años por empresas, que, pacientes, han esperado que se abriera una ventana como esta para dar forma a sus lujosos contenedores de turistas.