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Buena nota de las familias

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El CEIP de los Encants abrió sus puertas en el curso 2009-2010 en un solar de Castillejos. «En principio iban a estar solo tres años, pero se había ido alargando de forma indefinida», explica David Sebastián, padre de dos alumnos y miembro de la comisión de obras del ampa.

En las movilizaciones, apoyadas por asociaciones vecinales y  entidades del barrio, los padres y profesores reclamaban más y mejores espacios, una pista deportiva cubierta y salas polivalentes.

La falta de espacio para acoger a las nuevas promociones se hacía evidente año tras año. «Cada septiembre llegan más niños, unos 50, y tanto los módulos como el patio comenzaban a quedarse pequeños», cuenta Ferran Sellarés, padre de un niño de P5.

La directora del centro, Agnès Barba, explica que la principal traba de los módulos es «la falta de espacios comunes amplios y los problemas para comunicar los distintos ambientes o aulas», algo básico en la metodología educativa del centro.

El nuevo edificio convence a todos los padres consultados a la salida de la escuela. Andrea Catti, padre de dos alumnos, valora la «doble entrada» y los «nuevos servicios». Anna Vilanova, madre de dos niños, de 2 y 5 años, explica que «un gimnasio y una sala de actos eran muy necesarios» y  destaca el proceso participativo que ha permitido marcar unas líneas básicas: «Queríamos que el nuevo edificio respetara su proyecto educativo. Es un modelo que no deja indiferente, y si traes a tus hijos al CEIP de los Encants es porque compartes su metodología de trabajo».