Brut trabajará para recuperar la forma

Brut, el pastor catalán que se perdió hace tres meses y que el miércoles volvió a su casa después de que sus amos lo vieran en una noticia en la televisión, retoma poco a poco sus rutinas. El jueves, por ejemplo, salió a dar un corto paseo, algo que debería ser algo asequible para él, que antes de perderse, caminaba varios kilómetros diarios. Pero el cuerpo peludo de Brut ha acusado su paso por la perrera, donde ha permanecido tres meses.

"Es un animal muy acostumbrado al ejercicio, pero ayer, tras solo una hora de caminata, volvió muerto. Se estiró a la vuelta del paseo y no se levantó hasta esta mañana", explica la propietaria. "Pero es cuestión de tiempo. Ahora vamos a volverlo a poner en forma", bromea, convencida de que en poco tiempo Brut volverá a ser el atlético can de antaño. 

Amuleto de la suerte

Desde ayer, además, Brut luce un amuleto muy especial en el collar. Es un colgante con la forma de Campanilla, de Peter Pan. "Es un amuleto que nos ayudó a encontrar a Brut y se lo he puesto para que sigamos teniendo suerte", comenta Cora. La niña llevaba la figurita plateada en la mano en el momento en que reconoció a su perro en la televisión, después de tres meses sin saber nada de él. "Así no volverá a perderse", dice la pequeña.

"Yo creo que Brut está feliz. Está tranquilo, no acaba de comer bien y está quizá un poco chafado. Pero creo que está feliz", comenta Ivonne Muñoz, propietaria del animal, durante una visita a la Lliga per a la Protecció d'Animals i Plantes de Barcelona el viernes por la mañana. "Supongo que después de pasar tres meses en la perrera y ahora volver a casa se siente un poco extrañado", añade.

La familia ha vivido el reencuentro con su mascota con muchísima emoción, pero también con cierta sorpresa, por el revuelo que ha generado la noticia. "No entiendo cómo un perro puede despertar tanto interés. Hay muchos como el nuestro en las protectoras. Hay muchos dueños que buscan a sus animales y muchos animales que están aquí, en las protectoras. Los voluntarios los sacan de paseo y luego vuelven a quedarse solos", comenta Muñoz. "Nosotros hemos tenido suerte", remata.