Un brindis irlandés

Baila como si nadie te viera, canta como si nadie te oyera y vive cada día como si fuera el último. Este brindis irlandés se escucha a menudo en las barras de los animados pubs inspirados en los de este país. La ruta de la Barcelona irlandesa es más nocturna que diurna por el brote de locales de cristales plomados, suelos de madera, el logo de la cerveza Guinness y estanterías llenas de suaves whiskys elaborados a base de cebada, que se caracterizan por su triple destilación.

Los pubs suelen ser el punto de encuentro de un barrio. Los vecinos acuden a la salida del trabajo para beber y charlar o para presenciar, con una pinta de cerveza fría en la mano, los partidos de fútbol o de rugbi, en especial el célebre Torneo de las Seis Naciones.

Kitty's O'Shea abrió sus puertas en Sarrià en 1994, inaugurado por el exministro irlandés Ruairi Quinn. Debe su nombre a Katharine, aristócrata inglesa que, tras divorciarse del capitán William O'Shea, se casó con Charles Stewart Parnell, una de las figuras más destacadas de la Irlanda del siglo XIX. Es uno de los pocos que cuenta con una elaborada carta de platos genuinamente irlandeses como el solomillo de buey Angus, el café irlandés y el pan de patata con tocino y huevos. El día más esperado por su clientela es la fiesta de san Patricio. Cada 14 de marzo cierran la calle de Numància para degustar Murphy's y Guinness.

Michael Collins lleva el nombre del líder revolucionario irlandés. Se alza junto a la Sagrada Família y no para de convocar interesantes propuestas como el concierto de música tradicional irlandesa que se celebra esta noche. Según sus propietarios, sus especialidades son las empanadas de carne y los desayunos con salchichas.

Ryan's Irish Pub presume de tener los precios más baratos -a partir de 1,50 euros la cerveza- y fiestas locas como la que organizaron el jueves bajo el título deLadies night. El colmado Quílez ofrece una extensa gama de whiskys y cervezas irlandeses.