El Bicing comienza hoy la transición al pedaleo eléctrico

Dos usuarios prueban las nuevas bicicletas en un párking, ayer.

Dos usuarios prueban las nuevas bicicletas en un párking, ayer.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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El Bicing pedalea a partir de hoy hacia su electrificación. Un grupo cerrado de 1.500 abonados del servicio de bicicleta pública de Barcelona estrenan los nuevos vehículos eléctricos, que probarán durante un mes y medio. La prueba piloto testará la robustez del sistema entre usuarios experimentados, ya que los primeros invitados a rodar por las calles con la bici con batería deberán ser socios. En febrero se doblará el número de estaciones y vehículos para llegar hasta los 4.000 abonados. Y entonces se comprobará si la ciudad está preparada para sustituir completamente las bicis mecánicas por las eléctricas.

Todos los pasos van en esa dirección. El propio alcaldeXavier Trias, se ha pronunciado en varias ocasiones en el sentido de que el futuro de la movilidad de la capital catalana va asociado a la bici con baterías. Pero la concesión de Clear Channel no acaba hasta marzo del 2017. Será entonces cuando se aclarará si se da el paso definitivo a las eléctricas (como ocurre en MadridSan Sebastián y Copenhague) o se mantiene la convivencia entre ambas. Con siete años de experiencia con las bicis públicas blancas y rojas, actualmente hay 6.000 unidades. A este parque se incorporan a partir de hoy 150 flamantes bicis eléctricas, que a la larga aspiran a captar un público que hasta ahora no se animaba a utilizar el servicio, en especial en barrios donde remontar pendientes a base de piernas se le antojaba un esfuerzo titánico.

Solo cuatro kilos más

En la web de Bicing, gestionado por la empresa pública Barcelona de Serveis Municipals (BSM), se invitaba hace unos días a los abonados a formar parte del grupo de elegidos que hasta final de enero podrá utilizar sin coste alguno (la primera media hora) el vehículo, que pesa 23 kilos, solo cuatro más que la convencional. Estos 1.500 usuarios dispondrán de las bicis eléctricas en 23 estaciones, la mayoría ubicadas en el Eixample Ciutat Vella. La expansión a otros distritos deberá esperar a la siguiente fase.

De estos 23 puntos de recogida y recarga de baterías, solo cinco estarán en superficie. Se trata de prevenir el vandalismo, además de que los armarios de recarga de baterías quedarán más protegidos. El resto de estaciones están en aparcamientos subterráneos (ver mapa), casi todos gestionados por BSM. El director de Transportes de BSM, Josep Maria Deulofeu, que mostró ayer las nuevas bicis en uno de ellos en la avenida de Josep Tarradellas, explicó también que habrá dos furgonetas de mantenimiento y reposición de vehículos. Serán de menor dimensión que las que se ven por las calles de Barcelona para que el acceso a esos párkings sea más fácil.

Pago por uso

Las inscripciones de los abonados que se incorporen a la segunda fase de la prueba piloto comenzarán en febrero hasta llegar a los 4.000. En esta ocasión sí que deberán pagar los 14 euros anuales que se suman a los 47,16 que ya pagan como abonados de la bici mecánica. Además, se cobrará 0,45 euros la primera media hora y 0,80 euros la segunda y siguientes.

De esta forma se tiende al denominado pago por uso, que se extenderá definitivamente en el transporte público cuando se implante la T-Mobilitat, que aspira a incorporar igualmente servicios de bici compartida de los municipios, como el de Barcelona.

100% catalana

Deulofeu cantó las excelencias del nuevo vehículo y subrayó que la decena de empresas que han desarrollado el prototipo son todas catalanas. El coste de cada unidad es entre tres y cuatro veces superior al modelo actual, algo más de 1.000 euros por unidad. La inversión total estimada alcanza los cinco millones de euros.

El Bicing eléctrico permitirá que el ciclista tenga una autonomía de unos 30 o 40 kilómetros, calculó el mismo responsable. Todo dependerá del uso que se haga, por ejemplo, del innovador sistema de asistencia al arranque, una especie de pequeño acelerador (como si de una moto se tratara) que sirve para dar un primer empujón en subidas pronunciadas o en la salida de un semáforo. No se trata de un dispositivo peligroso, ya que solo acelera hasta los seis kilómetros por hora.

Sin casco

La electrificación de las bicis en Barcelona tampoco comportará la obligatoriedad de llevar casco, ya que los vehículos están limitados para no ir a más de 20 kilómetros por hora con el pedaleo asistido del motor trasero. Otra cosa distinta es si las piernas dan para más.