BCN pide a la Sagrada Família que ayude a paliar su impacto turístico

«Es imperativo que el templo asuma su responsabilidad», dice el edil del Eixample

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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La frase, tomada al pie de la letra, podría responder satisfactoriamente a muchas de las peticiones de los numerosos vecinos, comerciantes y maestros del barrio de la Sagrada Família, visiblemente enfadados, allí reunidos. «Es imperativo que el templo asuma su responsabilidad». Salió de la boca de Gerard Ardanuy, concejal del Eixample, y puso el broche a un pleno extraordinario del distrito, de casi tres horas, con un único punto en el orden del día: cómo gestionar la masificación turística de los alrededores del templo de Gaudí. Un pleno en el que se escenificó que los grupos políticos no son capaces de lograr un mínimo acuerdo para resolver una situación que todos coinciden en que es «extrema», y en el que un reguero de afectados se desahogó narrando con detalle sus múltiples males.

Aunque para enojo vecinal Ardanuy no concretó en qué consistía la petición de responsabilidades al templo -si es económica, logística o ambas, como reclaman vecindario y oposición- puso sobre la mesa que si el templo no arrima el hombro, el problema, que todos coinciden en que es grave, no podrá resolverse.

Una de las principales quejas del vecindario es la invasión del espacio público por parte de las colas de visitantes que rodean el templo y hacen casi imposible a los residentes andar por la acera. Una de las reivindicaciones históricas de los vecinos que estudia el consistorio en la línea de pedir responsabilidades a la basílica es que las colas se realicen dentro del templo en lugar de en la calle, colapsando el espacio público.

PISOS TURÍSTICOS

El pleno se realizó tras las movilizaciones de los vecinos de los últimos meses a petición de los grupos del PSC, ICV-EUiA y UpB y se cerró, como era de esperar, sin pacto. No prosperó la moción presentada por los tres grupos impulsores, que pedía una nueva regulación de los pisos turísticos, parar las licencias, «pacificar» el entorno ensanchando las aceras y reduciendo el acceso de autobuses y convertir el antiguo cine Niza en equipamientos. El equipo de gobierno votó en contra de la medida, pero aseguró que presentaría sus propias medidas en pocas semanas y reiteró estar dispuesto a dialogar con los afectados.

La asociación de vecinos y la Plataforma Recuperem el Niza reclaman un proceso participativo, «transparente y vinculante», que parta de la constitución de una mesa de negociación con participación vecinal y del ayuntamiento, para desarrollar un plan especial para el barrio de la Sagrada Família. Su objetivo es, en sus palabras, «avanzar hacia un escenario de sostenibilidad de flujos turísticos», que garantice el respeto con el entorno y con la capacidad máxima de visitantes que pueda asumir el barrio sin que genere congestión y saturación en el espacio público y con el comercio de barrio y de proximidad, cada día más en jaque. «Antes de iniciar la mesa es necesario que se adopten medidas urgentes, como la suspensión por un periodo mínimo de un año de pisos turísticos y locales de pública concurrencia», concluyen los representantes vecinales.