entrevista con la Princesa de Jordania

Basma Bint Ali: "Los huertos sociales ayudarán a mejorar la calidad de vida"

Visita técnica. La princesa Basma Bint Ali, en el jardín botánico de Barcelona.

Visita técnica. La princesa Basma Bint Ali, en el jardín botánico de Barcelona.

L.B.

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El Royal Botanic Garden de Jordania lidera el proyecto de cooperación entre países del Mediterráneo Sidig-Med, iniciado a finales del 2013. Su representante, la princesa Basma Bint Ali, ha viajado hasta Barcelona para conocer de primera mano el trabajo en horticultura social realizado en el jardín botánico de la ciudad y el Parc Agrari del Baix Llobregat.

-¿Cómo explicarías el proyecto que acabáis de impulsar?

-Sidig-Med es un proyecto financiado por la comunidad europea relacionado con la agricultura urbana. El objetivo es mejorar las ciudades a través de la agricultura, de una manera sostenible. Es un proyecto en el que implicamos diferentes países como Jordania, Túnez, Italia y España.

-¿Por qué estos países?

-La idea era reunir ciudades unidas por el Mediterráneo, de diferentes continentes, del norte y del sur. Estas ciudades tienen cosas en común como la falta verde  y comunidades en riesgo de exclusión social. Con este proyecto combinamos ambos aspectos. Creo que podemos entregar a las comunidades unos lugares de encuentro que, sin duda, ayudarán a mejorar su calidad de vida.

-La filosofía es similar a la red Medcities, formada por 27 miembros en el Mediterráneo.

-Sí, porque es una colaboración norte-sur en el Mediterráneo. En un mundo globalizado no podemos trabajar por separado. Debemos unir esfuerzos y   podemos trazar puentes para superar algunas diferencias y deficiencias.

-¿Es la primera vez que visitas la ciudad de Barcelona?

-Sí. Es la primera vez que visito Barcelona, y espero que no sea la última. En los próximos meses visitaré las otras dos ciudades que forman parte del proyecto Sidig-Med. Espero hacerlo en breve, para conocer mejor su realidad y aprender de las diferentes experiencias que están llevando a cabo.

-¿Cómo puede ayudar la agricultura a combatir la exclusión social?

-Es un programa de base, de comunidad, y la agricultura puede jugar un papel fundamental. En algunas áreas urbanas viven encerrados en cubículos, y entregar estos espacios abiertos como jardines es un primer paso.  Es impresionante cómo la interacción de estas personas en un espacio verde puede afectar de forma muy positiva a su comportamiento, fortalecer sus relaciones…

-¿Cúanta gente saldrá beneficiada con este proyecto?

-Ojalá que sean miles, pero estamos en los inicios. Creemos que los dos primeros años, que luego deberán tener continuidad, pueden ser una prueba piloto que luego, seguro, se extenderá a otros países. España, Túnez, Roma y Jordania son solo los primeros.

-En Barcelona serán unos huertos sociales, pero en el resto de ciudades los proyectos pueden variar.

-Cada proyecto tiene su personalidad, ligeras particularidades. De estas diferencias podremos aprender los unos de los otros.

-¿Los casi dos millones de euros de presupuesto son suficientes? 

-No es suficiente, porque para estas cosas nunca es suficiente. Pero estamos convencidos de que será un buen inicio.

-¿En qué punto está el proyecto?

-Ahora estamos centrados en las reuniones de trabajo. Es un camino largo, pero ya hemos avanzado mucho. En breve tendremos la página web.

-¿Cuándo veremos resultados?

Ojalá podamos ver resultados en dos años, pero lo más importante es asegurar su continuidad y para ello es importante que sean autosuficientes, que no necesiten recursos externos.

-¿Qué puede aportar al proyecto el  Royal Botanic Garden?

-¡Muchas cosas! Nuestro jardín botánico es de los pocos centrados en las plantas naturales. No estamos interesado en traer especies exóticas de otras partes del globo. El jardín es un espacio de ecología y pedagogía. Queremos enseñar a la gente cómo pueden disfrutar la naturaleza y ser más ecológicos, cómo pueden vivir de una manera más natural.