ANOMALÍA HISTÓRICA

El ayuntamiento controlará y tomará decisiones sobre las obras de la Sagrada Família

Un grupo de turistas, el pasado enero, en la Sagrada Família.

Un grupo de turistas, el pasado enero, en la Sagrada Família.

Cristina Savall

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La Comisión de Calidad de la Arquitectura del Ayuntamiento de Barcelona pasará a ser un órgano vinculante a partir del 2017, por lo que sus decisiones afectarán a las obras de la Sagrada Família y a otros edificios controvertidos, según explica Daniel Mòdol, concejal de Arquitectura y Paisaje Urbano, que tiene planificado este cambio estratégico para que el consistorio pueda intervenir en la construcción de un templo que, durante 131 años, ha vivido en un limbo al no tener licencia legal y no pagar impuestos de construcción.

“En los próximos meses habrá modificaciones importantes en el comité de esta comisión arquitectónica, tanto en las personas ilustres que la representan como en la repercusión de sus decisiones. Además los vecinos tendrán voz y voto”, explica Mòdol, quien cuestiona que la autoría de la Sagrada Família “aún se atribuya de Gaudí”.

"MOSTRUO DE SIETE CABEZAS"

“No podemos tener un monstruo de siete cabezas. Barcelona no debe falsificar su patrimonio. Nos jugamos el prestigio. El ayuntamiento tiene que evaluar el proyecto, intervenir y debatir temas como si una basílica gigantesca debe cambiar de manera tan drástica el ‘sky line’ de la ciudad”, señala el concejal, en referencia a que en el 2017, cuando se vea el esqueleto de las seis atalayas centrales, el templo ya será el edificio más alto de toda Barcelona, hasta alcanzar los 172 metros en los próximos años.

El gobierno municipal y la Junta Constructora de la Sagrada Família se reunieron por vez primera el pasado martes para crear una comisión técnica con el objetivo de trabajar conjuntamente en la regularización de las obras del templo. Esta entidad buscará propuestas consensuadas con respecto al proceso para la licencia de obras del proyecto y para evaluar el estado de los trabajos que se están ejecutando actualmente.

La voluntad compartida, según un comunicado del consistorio, es encontrar la mejor solución tanto para la ciudad como para la continuidad de las obras, reconociendo “la singularidad” de un equipamiento que en el 2015 recibió 3.722.540 visitas, situándose en el primer lugar del listado de los monumentos más visitados de España, por delante de la Alhambra de Granada.

Janet Sanz, teniente de alcalde del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad, explica que a la hora de tramitar la licencia se tendrán en cuenta criterios volumétricos y de altura, entre otros, "como en cualquier otro edificio de la ciudad".

NO PARAR LAS OBRAS

Sanz asegura que las obras no deberán detenerse durante un proceso en el que la junta del templo tendrá que presentar su proyecto constructivo para poder obtener la licencia, ya que el consistorio no cuenta con ninguno aparte del registrado en 1885 por el ayuntamiento de Sant Martí de Provençals, entonces municipio independiente de Barcelona absorbido en 1897.

“Los parámetros previos no están claros, pero el templo se está construyendo sin autorización. El ayuntamiento tiene que asumir la responsabilidad y la seguridad de las obras, aunque todavía no esté decidido cómo se tramitará la licencia”, afirma Mòdol.

La asociación de vecinos de la Sagrada Família interpuso a principios de noviembre una demanda administrativa en el área de Ecología Urbana del ayuntamiento por “vulneración de la legalidad urbanística” contra el templo, alegando que las columnas del pórtico de la fachada de la Glòria invaden la acera y no respetan la alineación del vial en una distancia que sitúan entre 20 y 50 centímetros.

En la próxima sesión de trabajo de la comitiva técnica, convocada para diciembre, se avanzará en la concreción del encaje del proyecto en su entorno inmediato, y se tendrán en cuenta los efectos que genera la actividad del templo sobre la movilidad urbana y el espacio público, que es el punto que más preocupa a las entidades vecinales, además de la incertidumbre que envuelve al proyecto de urbanización del entorno de la Sagrada Família que amenza con expropiar viviendas y también locales comerciales.

Xavier Trias ya se enfrentó en el 2013 a la urgencia de abordar el impacto urbanístico y humano de abrir el gran vial Mallorca-Aragó con vistas al 2026, fecha prevista para el fin de las obras arquitectónicas. La reserva de suelo, con las consiguientes afectaciones que preveía el plan general metropolitano (PGM) de 1976, era para construir un paseo de 60 metros de ancho frente a la fachada de la Glòria, lo que implicaba la desaparición directa de cómo mínimo 400 viviendas y locales. Durante el mandato de Trias se acordó reducir a 150 los desalojos. Mòdol asegura ahora que es una cuestión de coherencia velar por los intereses de los vecinos. “Tienen tanto derecho a su vivienda los que temen ser reemplazados en Les Planes y en Vallvidrera como los del barrio de la Sagrada Família”, declara el edil.

Sanz concluye que se trata de un inmueble singular de la ciudad que es patrimonio del mundo: “Pocas construcciones tienen esta envergadura y además no hay ninguna que lleve más de 100 años en construcción y siga en obras”.