entrevista con EL ALCALDE DE CORNELLÀ

Antonio Balmón: «El Espanyol es como la Siemens hace 30 años: una excusa»

El alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, en los huertos urbanos del barrio de Riera, ayer.

El alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, en los huertos urbanos del barrio de Riera, ayer.

DAVID PLACER
CORNELLÀ DE LLOBREGAT

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Suele regalar frases contundentes y no parece esconderse de las tempestades que se avecinan en la gestión de los servicios municipales. Orgulloso de la transformación urbanística del sur de su ciudad, hoy convertida en franja deportiva, rechaza de forma tajante la supresión de municipios como medida de ahorro, aunque cree que los ayuntamientos tendrán que ofrecer servicios conjuntos para reducir el gasto corriente. En esta entrevista, Antonio Balmón (PSC), alcalde de Cornellà, cierra el ciclo A pie de barrio que esta semana analizó Riera y Centre.

-Las propuestas de supresión de municipios para reducir el gasto público parecen ganar adeptos. ¿Comparte esa postura?

-Tenemos que afrontar la economía de escala sin que los municipios pierdan personalidad. Lo que no se le puede decir a un pueblo es que se disuelva. Estamos abocados a frenar el crecimiento y a consolidar una nueva forma de gestionar los recursos. Podemos compartir servicios de dependencia, sanidad, equipamientos culturales y deportivos.

-¿La actual estructura municipal es insostenible?

-Hemos completado un ciclo de crecimiento pero ahora tenemos que replantearnos el futuro. Habrá menos recursos y necesitaremos capital privado para garantizar los servicios públicos.

-¿Capital privado dentro de los ayuntamientos?

-Es algo que yo tengo clarísimo. Y no se trata de buscar rentabilidad de los servicios municipales sino de tener una mejor capacidad para invertir y gestionar. Los vecinos tienen que entender los costes que generan los servicios que presta el ayuntamiento y que no todos los servicios pueden ser universales.

-¿Qué tipo de servicios se pueden dejar en manos privadas?

-Por ejemplo, instalaciones deportivas. No todo el deporte se tiene que hacer en pabellones municipales. Se pueden buscar otras fórmulas: en espacios abiertos o con otro tipo de esquema. Hay que ver cómo soportamos el gastos. Eso sí: lo que no se puede hacer es recortar con tijera abierta como lo hace el Govern en salud y educación. Eso es indigno.

-¿Le aterroriza la idea de que Cornellà debe ser un barrio de Barcelona?

-Comprendo la idea dentro del debate, pero tengo muchos argumentos para rebatirla. Si hubiésemos sido un barrio de Barcelona jamás hubiéramos tenido el desarrollo que alcanzamos porque la ciudad central siempre avanza, pero no las que están alrededor. Además tenemos infraestructuras privilegiadas para trazar nuestro propio desarrollo.

-¿Ha sido el nuevo estadio del Espanyol el cambio más importante para la ciudad en este mandato?

-Para nosotros el Espanyol es como la Siemens hace 30 años: una excusa para atraer una actividad económica que nos ayude a transformar la zona. Detrás del estadio están los espacios deportivos, educativos y lúdicos que se instalaron en unos terrenos degradados y llenos de desperdicios. Esa es la realidad. Ahora, solo basta con ver la transformación.

-Una buena cantidad de vecinos se queja de las consecuencias: consumo de alcohol en la calle, ruidos, tráfico.

-Y estoy de acuerdo con esas críticas. Esperar que una actividad en una ciudad no genere consecuencias es vivir en otro mundo. Pero las consecuencias de la primera temporada no son como las de ahora. La gente desaparece del barrio a los 30 minutos y la mayoría de los aficionados son familias tranquilas. Claro que siempre habrá energúmenos, como en el campo del Barça y en todos. Yo también he sufrido las consecuencias. Una vez no me acordé que había partido y salí de mi casa en coche, estuve como media hora atascado y estaba bastante molesto.

-¿Y qué hizo? ¿Llamó a la Guardia Urbana?

-Me aguanté como el resto de vecinos. Evidentemente no llamé a la Guardia Urbana para que fueran a abrir paso al alcalde.

-¿Se tomarán nuevas medidas para reducir las molestias?

-Hay que seguir trabajando en los operativos de control y seguridad. Yo me opuse a que los Mossos no quisieran cortar la calle de Sant Jeroni [donde se concentran los radicales] el día del partido Espanyol-Barça. Ellos tenían sus motivos técnicos y al final tuvieron razón porque no pasó nada. Tenemos que avanzar en líneas de trabajo conjunto.

-Muchos vecinos creen que hay demasiada permisividad con los fanáticos radicales.

-Yo no sería tan contemplativo con ellos pero los Mossos tienen sus tácticas de no intervenir demasiado para que los problemas no vayan a más. Además el barrio tiene calles estrechas y no es sencillo actuar.

-Los comerciantes se quejan de que hay un control excesivo los días de partido y que se han disparado las inspecciones y multas desde que llegó el campo. ¿Llevan razón?

SEnDSí, y así tiene que ser. No podemos hacer una pausa de dos horas para incumplir las normas cada vez que el Espanyol juega. También había foros donde las peñas se quejaban porque habíamos retirado 150 vehículos mal aparcados con grúa. Pero no vamos a permitir que se aparque en cualquier lugar.

-¿Apoya a los vecinos en sus quejas contra el club por las grietas que sufrieron con las obras del estadio?

-Estoy con los vecinos y creo que el Espanyol debería revisar su actitud.

-¿Ha mediado?

-Yo siempre intento mediar en estos temas.

-Entonces no ha tenido éxito.

-Tenemos con el club muchos asuntos sobre la mesa. Entonces hay que llevarlos uno a uno.

-Los jóvenes se quejan de que los pisos de protección oficial son demasiado caros y que muchos están vacíos. ¿Hay solución?

-Un 20% de los pisos que hemos construido, unos 40 en total, están aún por adjudicar. Los estamos alquilando con opción a compra. La gente está interesada en comprar pero el problema es que las cajas no dan dinero. La política de vivienda es una de las cosas que tendremos que revisar en los próximos años: habrá que crear otro tipo de vivienda, dimensiones y regímenes.

-Han trabajado para atraer oficinas pero muchas están vacías.

-Hemos perdido el 10% de puestos de trabajo. Ahora tenemos 34.300 empleos, no estamos aislados de la realidad económica del país pero como ayuntamiento no tenemos margen para actuar. Nos estamos preparando para que cuando se recupere la economía podamos volver a captar empresas.