FINAL DE UNA CELEBRACIÓN DE BARRIO MULTITUDINARIA

Gràcia cierra su fiesta nocturna con menos incidentes en 6 años

Un grupo de jóvenes hacen botellón cerca de la plaza del Raspall, la madrugada de ayer.

Un grupo de jóvenes hacen botellón cerca de la plaza del Raspall, la madrugada de ayer.

DAVID PLACER
BARCELONA

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La última noche de Gràcia, en la que se temían actos violentos después de la intervención de los Mossos la tarde del sábado para prohibir el homenaje a la colaboradora de ETA en la plaza del Raspall, terminó sin destrozos ni incidentes destacados, aunque hubo cinco detenidos por arrojar latas de cerveza a la policía. De esta forma, la madrugada del domingo clausura la versión más apacible de las fiestas de los últimos seis años, cuando un grupo deskinheadsasesinó a un joven okupa. El hecho dejó una estela de altercados que no fueron totalmente superados hasta esta edición.

Los desalojos en la madrugada de ayer terminaron sin contenedores quemados ni semáforos arrancados, una consecuencia habitual de las ediciones de los últimos años. La acción tardía de los servicios, cerca de las seis de la mañana cuando las plazas prácticamente quedaban vacías, ha sido la táctica repetida por la policía para evitar altercados.

A pesar de la ausencia de actos violentos, los Mossos detuvieron a tres personas y la Guardia Urbana a dos más por lanzar latas de cerveza contra la policía. «Nuestro amigo quedó detenido. Lanzó una lata de cerveza a la poli y lo pillaron. Es tonto porque no se dio cuenta de que había muchasecreta. Ahora tenemos que saber si lo hemos de ir a buscar a la comisaría de Les Corts», contaba un joven tras el desalojo. Al menos tres de los detenidos fueron puestos en libertad.

La madrugada de ayer, en los actos de la plaza del Raspall, organizados por los jóvenes okupas y los grupos alternativos, un grupo musical dedicó canciones «a una persona que estuvo lejos de nosotros durante muchos años pero que ya está aquí», una clara referencia a la colaboradora de ETA Laura Riera, que salió ayer de la cárcel después de haber cumplido su condena de 9 años.

Las entidades que organizaban la cita desplegaron carteles para pedir que las fiestas alternativas no tengan tantos controles de las fuerzas de seguridad. En el concierto también hubo gritos de «Gora ETA» y cánticos de «Tu puta España» en el que participaba un nutrido grupo de jóvenes. El ambiente caldeado hacía prever un final más tenso del que tuvo lugar. Los Mossos no tuvieron que aplicar un gran despliegue para el desalojo que, por primera vez, también incluyó la plaza de Joanic.

Allí, un grupo de jóvenes se enfrentó a la policía pero el incidente no trascendió y las acciones policiales terminaron a las 6.30 de la mañana, cuando las brigadas de limpieza se empleaban a fondo para intentar eliminar los olores a orina incrustados en las esquinas de los aparcaminetos y los portales.

NOCHE DE SUVENIRES / Antes de acabar la noche muchas calles ya iniciaban el proceso de recogida de adornos y los visitantes aprovechaban los trabajos para llevarse a casa los suvenires de la fiesta. La calle de Verdi fue de las que mejor resistió los embates de curiosos y transeúntes. Su ambiente familiar con la presencia de muchos abuelos noctámbulos, contrastaba con el de la plaza del Sol, donde la Guardia Urbana hacía un control de drogas sorpresa a un grupo de jóvenes. Muy diferente era también la plaza del Raspall, donde una pareja aprovechaba el fuerte marcaje policial contra los lateros indios para ofrecer mojitos con los ingredientes que llevaban a cuestas en su bicicleta.