Empleados de 'El Péndulo' alertaron de ruidos 3 horas antes del accidente

Apenas tres horas antes del accidente que el sábado se cobró la vida de Andrea B. M., de 14 años e hirió de gravedad a otras dos menores y de levedad a un chico, técnicos del Tibidabo revisaronEl Péndulo, la atracción en la que se encontraban los adolescentes a las 19.10 horas cuando algo falló en los anclajes que sujetaban el mástil del aparato a la base de hormigón, provocando que este se desprendiera. La revisión se realizó tras las advertencias de los trabajadores de la atracción de que hacía «ruidos raros». Esta es la primera conclusión del estudio interno encargado por el Ayuntamiento de Barcelona para esclarecer el suceso, abierto en paralelo a la investigación judicial.

La presidenta del parque y concejala de Sarrià-Sant Gervasi, Sara Jaurrieta –el único miembro del gobierno local que ha dado explicaciones sobre el accidente, sucedido en un recinto de propiedad municipal–, aseguró ayer que ya no se teme por la vida de los heridos. Las dos chicas siguen hospitalizadas y el muchacho recibió ayer el alta.

Jurrieta insistió en que la atracción había pasado una primera revisión a las 9.00 horas –operación que se realiza por sistema con todas las atracciones antes de abrir el parque–, y que contaba con un certificado de mantenimiento expedido por la empresa ATISAE el pasado 9 de junio de la revisión anual que el parque realiza de forma complementaria a las revisiones diarias, semanales y mensuales que marca la ley. Estas revisiones las realiza la empresa SPIE, con sede dentro del parque.

EXAMEN VISUAL Y PUESTA A PUNTO Pese a ello, a las 15.45 horas los trabajadores de la instalación alertaron a los técnicos de que se oían «ruidos raros», por lo que la máquina se detuvo durante 10 minutos para hacer los controles pertinentes. En ese tiempo, los técnicos hicieron una primera revisión «visual», probaron la máquina sin pasaje para comprobar que todo estuviera en su sitio y dieron el visto bueno para que esta –una de las más exitosas y concurridas del parque– se pusiera de nuevo en funcionamiento, sin alertar a ninguna instancia superior. «Este tipo de revisiones se hacen de forma habitual y en ningún momento hubo indicios de riesgo», apuntaron ayer fuentes municipales. Según algunos testigos citados por la agencia Europa Press, en el viaje anterior al del siniestro se escuchó «un fuerte ruido, como si el péndulo hubiera tocado algo».

Jaurrieta apuntó que, al margen de las dos investigaciones abiertas para «explicar lo inexplicable» –es decir, qué hizo que los anclajes no aguantaran el peso de la atracción y que esta cediera por la base, cayendo por su propio peso–, el ayuntamiento solicitará un informe sobre las causas del accidente a un perito externo del Col·legi d'Enginyers y pedirá una auditoría que revise los protocolos y el procedimiento que se lleva a cabo a las instalaciones por parte de las empresas certificadoras.

MÁXIMA PRIORIDAD / «Como empresa pública, nuestra máxima prioridad es la seguridad», prosiguió la joven presidenta, quien insistió en que «en tiempos de crisis, se pueden revisar todas las partidas menos la de seguridad». Según fuentes municipales, el parque invierte cada año 700.000 euros en ese cometido. Manuel Roldán, delegado sindical de BSM –empresa pública que gestiona el parque de atracciones–, coincidió ayer en eso con la presidenta. «Nos dan mucho trabajo en otras cosas, pero en temas de seguridad se ha hecho siempre todo bien. Son en muchas ocasiones incluso más estrictos que la norma. Estamos todos muy sorprendidos», apuntó a este diario el líder sindical.

Jaurrieta quiso lanzar también un mensaje «de tranquilidad» a los usuarios del parque y señaló que convocará en los próximos días una sesión extraordinaria del consejo de administración para informar sobre lo sucedido. Desde la oposición, CiU y PP criticaron que la atracción del accidente siguiera en funcionamiento tras los avisos de anomalías por parte de los propios trabajadores del parque.