INICIATIVA CULTURAL EN CIUTAT VELLA

Historias de la BCN femenina

Dos rutas guiadas explican cada sábado la crónica de la ciudad con ojos de mujer

Reviviendo la historia 8 Momento de la visita, ayer por la mañana.

Reviviendo la historia 8 Momento de la visita, ayer por la mañana.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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No solo es antiguo su ejercicio. En la Barcelona medieval la prostitución ya estaba regulada. En las directrices del Consell de Cent estaban perfectamente marcados los días y los lugares en los que se podía ejercer el sexo mercenario –estaba prohibido en fechas señaladas como la Semana Santa– e incluso la distribución de los ingresos que el negocio generaba. Las meretrices debían dividir sus ganancias en tres partes: una se la quedaba el dueño del prostíbulo; otra, el Consell de Cent en concepto de impuestos, y la última era para ellas.

Esta es solo una de las cientos de historias que uno puede aprender siguiendo las apasionadas explicaciones de Montserrat Margarit, guía de la rutaDones de la Barcelona obrera,organizada por el Instituto del Paisaje Urbano, que cada sábado a las 11.30 horas parte de la Oficina de Turismo de la plaza de Catalunya y recorre las calles de Ciutat Vella, reivindicando «la memoria de las mujeres que no aparecen en los libros de historia»,cuenta Margarit, quien forma parte del proyecto desde que se inició, en el 2006.«Así, podemos afirmar que una gran parte de los avances de la ciudad fueron sufragados gracias a la explotación sexual»,prosigue la historiadora mientras se adentra en el Raval.

Una parada destacada –siempre buscando las sombras, en una bochornosa jornada como la de ayer– es en la calle del Carme, frente al antiguo Hospital de la Santa Creu de Barcelona.«Las mujeres han estado históricamente ligadas al mundo de la salud. La gran mayoría de médicos eran mujeres hasta que se introdujo la obligación de tener una licencia para ejercer, lo que las expulsó de la medicina, ya que la universidad estaba reservada en exclusiva para los hombres», relata la joven, regalando otra de aquellas anécdotas que no caen en saco roto.

Y la ruta Dones de la Barcelona obrera no es la única de este género que ayer –y todos los sábados– recorrió las calles de Ciutat Vella para rescatar la memoria –entre otras– de«las chinches», como se llamaba de forma despectiva a las trabajadoras de las fábricas en las primeras fases de la revolución industrial en Barcelona. El Instituto del Paisaje Urbano organiza también la salida Dones de la Barcelona Romana i Medieval, que recorre los barrios del Gòtic y Sant Pere, y en la que se pueden aprenden cosas como que la plaza del Àngel era la antigua plaza del Blat, donde las mujeres alzaban la voz cada vez que se producía un aumento desproporcionado del precio de los alimentos básicos.