REHABILITACIÓN DE UN ESPACIO SIMBÓLICO DE LA CAPITAL CATALANA

Franco deja tras 45 años el fortín de Montjuïc con destino al almacén

Detalle de la estatua de Franco.

Detalle de la estatua de Franco.

ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Antes de entrar hay que dejar salir. Una norma básica de educación que, a menos de dos meses de la histórica jornada de puertas abiertas que vivirá el castillo de Montjuïc el 15 de junio, ha querido seguir el Ayuntamiento de Barcelona retirando de forma definitiva del fortín la estatua ecuestre de Franco, escondida desde hace siete años en el interior de unas estancias del edificio.

Un monumento de alta carga simbólica cuya historia transcurre de forma paralela a la del recinto en el último medio siglo, ya que fue encargada en 1960 por el entonces alcalde, José Maria de Porcioles, para agradecer al dictador su engañosa cesión del fortín a la ciudad. Se inauguró en el patio de armas en 1963, el mismo día que el museo militar, y presidió este espacio central del edificio hasta 1986, cuando dejó de saludar al sol y pasó a una sala del museo. Tuvieron que pasar 15 años más de democracia para que dejase de estar expuesta al público, y un día del 2001, sin aviso previo, se guardó en una estancia del castillo.

EL ÚLTIMO PASO

Pero aún quedaba un último paso, que empezó a fraguarse cuando José Luís Rodríguez Zapatero oficializó el 30 de abril del 2007 ante el ahora alcalde, Jordi Hereu, la cesión plena y sin condiciones del recinto. Un acto que inició la progresiva recuperación ciudadana del fortín y que el pasado 31 de marzo, también sin previo aviso, culminó con laexpulsióndefinitiva de la estatua de su morada original y el traslado a un almacén municipal del distrito de Nou Barris.

Ahí se quedará por los siglos de los siglos si alguien no decide en el futuro fundirla. Y ahí la pudo fotografiar EL PERIÓDICO, sacándola por última vez a la luz pública, ya que en unos días será envuelta en plástico para esconderla de cualquier mirada curiosa y pasará definitivamente a la historia. Esa misma que hoy vale la pena recordar para regresar por un instante al día de la inaguración del museo, un 17 de junio de 1963.

"Se inaugura también, excelencia, vuestra propia estatua... Hemos deseado, mi general, que sea permanente vuestra presencia como testimonio de impar atención por los problemas de Barcelona y Catalunya...", leyó en su discurso Porcioles ante Franco, según recuerda el libroMonuments de Barcelonade Jaume Fabre, Josep Maria Huertas y Pere Bohigas. El deseo de permanencia del exalcalde no se cumplirá, aunque quizá se ha tardado demasiado tiempo en truncarlo ante las dificultades para recuperar el castillo y eliminar toda su simbología franquista.

Hasta este mismo año seguían visibles un águila con el yugo y las flechas y un sagrario por los "caídos" en el foso de Santa Elena. Ambos fueron retirados, tal y como informó este diario el pasado 26 de febrero, pero aún se mantiene parte del conjunto monumental, con un arco con la inscripción "honor a todos los que dieron su vida por España".

La frase, pese a recordar la retórica falangista, permite una interpretación más abierta en referencia a todos los fallecidos en la guerra civil. Solo cabe recordar al respecto la inscripción original, que rezaba "Caídos, por Dios y por España. Presente". Antes de que el monumento de la Diagonal a los "caídos" fuera inaugurado en 1951, los homenajes póstumos a los muertos del lado franquista se hacían en este foso.

A la espera de lo que el proyecto municipal de rehalitación del castillo decida qué hacer con ese foso, los dos únicos vestigios franquistas que quedan en el castillo son el museo, que sigue abierto al público, y el retén militar --vallado y aislado dentro del recinto-- que custodia la antena de transmisiones. La orden ministerial de cesión plena marca un plazo máximo de tres años para formalizar el traslado de las redes de comunicación militares y el retén, formado por 32 soldados, por lo que restan dos de margen. De momento, ya no hay antenas sobre el edificio.

En el caso del museo el cómo y el cuándo de su traslado a otro lugar dependen de la constitución del consorcio entre el ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central, que gestionará el futuro centro por la paz previsto en el recinto. Fuentes municipales insisten en asegurar que el consorcio, que sustituye al actual patronato del museo, se creará durante lo que queda de año.

El nombramiento de Carme Chacón como ministra de Defensa favorecerá aún más la agilización de los trámites. El nuevo órgano rector lo presidirá el alcalde, tal y como ya sucedía con el patronato, pero se ha eliminado la imposición de que la decisiones se acuerden por "unanimidad" de sus tres integrantes.