Tú a Vigo y yo a París

Agosto del 2012. Lo recuerdan perfectamente. "Estoy muy contento de que Abidal nos pueda acompañar. Si te sientes con fuerza, te esperaremos lo que haga falta. Tu lucha es nuestra fuerza".Fueron las palabras escogidas por Tito Vilanova para felicitar a su lateral, para unir aún más al grupo y, sobre todo, para agradecer el esfuerzo realizado por todos hasta recuperar al inmenso 'Abi'.

Y, justo hoy, cuando Tito se reincorporaba a los entrenamientos, cuando vuelve a abrazar a los suyos, cuando continúa impresionándoles con su presencia, justo hoy va y convoca a Abidal para el partido de <strong>Vigo</strong>, que el míster se saltará porque hay que ir poco a poco, ahora que las urgencias históricas parecen aparcadas.

Es tan inmenso que Tito regrese como que Abidal vuelva a la convocatoria. Son dos maneras de pelear, de mostrarse vivos y, sobre todo, de formar parte de una familia, deportiva y humana, que ha vivido, que vive, esos dos hachazos con entereza pero con la sensación de que esas heridas se pueden reproducir y le pueden, por supuesto, ocurrir a cualquiera.

Un Barça herido humanamente

Los hay que han convertido el fútbol, el espectáculo, la competición, ganar o perder en algo tan idiotamente dramático que, incluso en este Barça herido humanamente, ha habido quien ha creído prioritario la heroicidad frente al Milan o la derrota copera ante el Real Madrid que 'fer-li costat' a dos amigos, compañeros, a dos ganadores, a dos de los suyos que, finalmente, han recuperado la sonrisa, la felicidad, el roce con los suyos el mismo día y a la misma hora.

Ellos se han sentido con fuerzas y han notado la fuerza que le enviaban los demás. Y, como les han esperado, porque todos, todos, tenían ganas de que volvieran, ahí están. Uno en Vigo y el otro, camino de París.