LAS ELECCIONES DEL BARCELONA

"Tengo un afecto muy grande a Laporta"

Guardiola recuerda que el expresidente confió en él para dirigir al Barça pese a «ser un tío que no era nadie»

MARCOS LÓPEZ / MANRESA

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Entró en el teatre Kursaal de Manresa cogido de la mano de Dolors, su madre. Por delante iba caminando Valentí, su padre. «Hace 40 años él dividió Santpedor en cuadrículas y, con sus amigos, empezaron a repartirse el pueblo y a recoger dinero puerta a puerta para la asociación AMPANS», rememoró después Pep Guardiola en un emotivo discurso ante centenares de personas, con las lágrimas aflorando por las lecciones de vida que habían recibido de niños, jóvenes y adultos, con discapacidades físicas y mentales. «Recogieron 148 pesetas de entonces», dijo el técnico del Bayern. «No, no: fueron 148 pesetas por habitante», le corrigió cariñosamente su padre, una vez acabado el acto, asumiendo el error de su hijo, superado por la conmovedora dimensión de una mañana que sacudió el corazón de Manresa. «Me habéis hecho llorar, me habéis emocionado, os lo agradezco», confesó Guardiola en el inicio de su alocución sobre Pasión, liderazgo y equipo que terminó siendo un paseo sobre sus sentimientos personales.

En la vida («no busco ganar partidos ni títulos, lo que busco de verdad, de verdad es que me quieran», admitió Guardiola), en el fútbol y, por supuesto, en el Barça. «Si me emociono más, perdonádme», recalcó el técnico, que trazó con sus palabras un recorrido vital. Incluyendo después, ya en declaraciones a los periodistas, una mirada sobre el panorama electoral. «Todos los candidatos son muy buenos, todos aman el club, pero tengo un afecto muy grande a Laporta», reconoció el extécnico del Barça. Fue precisamente el expresidente quien le abrió primero la puerta del Mini (2007) para dirigir al filial y después del Camp Nou (2008) para completar su obra cumbre. «Yo no era nadie y apostó por mí», aseguró Guardiola, quien expresó un deseo: «Ojalá sea una buena campaña y todos lo hagan bien». Él, sin embargo, no podrá acudir a las urnas el próximo 18 de julio. «No, no votaré porque estoy en China», reveló sobre los compromisos con el Bayern que le impedirán ejercer su condición de socio con derecho a voto.

ALEXANKO, COSTAS, OLMO...

Arropado por su familia casi al completo -estaban Valentí y Dolors, sus padres, junto a sus hijos Màrius y Valentina (Cristina, su esposa, y Maria, su otra hija, aún siguen en Múnich)-, Guardiola no quiso calificar al mejor candidato. Tampoco hacía falta. Se le entendía todo. «No puedo negar que mi afecto por el Jan - así llama él a Laporta- es muy grande», repitió. «Yo no era nadie. Tenía 36 o 37 años y el tío dijo: 'Apostamos por Pep'. Y eso es lo que siento, procuro ser una persona agradecida con la gente que me ha ayudado a lo largo de mi vida. Y el Jan es uno de ellos. Como lo es Alexanko [quien también va con Laporta como responsable de la cantera] y como lo fueron Quique Costas y Antonio Olmo», afirmó sobre dos de los técnicos que le marcaron.

Habló Guardiola sobre el proceso político que vive el país («han salido dos millones de personas a la calle para pedir poder votar y el 27-S saldrá toda Catalunya a la calle»), recordó que «AMPANS ha sido parte de mi familia» y admitió verse superado por la emoción. «Liderazgo es lo que hemos visto aquí... Hay que encontrar de cada persona lo que necesita. Sea en la vida o el fútbol. He aprendido mucho aquí. Si consigues que un jugador venga algún día y te de las gracias y te diga que te quiere, eso te llena. Nunca pensé que soy mejor que nadie y que se ha ganado un partido por mí. Ellos, los jugadores, son los artistas».