El regreso más esperado

La otra profecía de Pep

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Para Francesc Fàbregas, esperando que de aquí a unos años te veré con el 4 en el Camp Nou. Salud y suerte. Pep Guardiola».

Así reza la famosa dedicatoria que el actual entrenador del Barça estampó en su camiseta para Cesc. El destinatario era por aquel entonces una joven promesa del fútbol base que jugaba en la misma posición, que idolatraba a Guardiola y que atravesaba un bajón anímico por la separación de sus padres. La iniciativa partió de Rodolf Borrell, hoy técnico del Liverpool, que fue uno de los descubridores del centrocampista de Arenys, y luego su entrenador en el alevín A y en el infantil A.

El sentido afectuoso de la camiseta se ha revelado, con el tiempo, en una profecía de Guardiola. En otra. Porque no es la primera. Ya adelantó cuando era el capitán del Barça, al ver la irrupción de Xavi en el primer equipo, que el de Terrassa le retiraría de la circulación. No fue así, porque coincidieron tres temporadas en el Barça (1998-2001). Poco más tarde, descubrió una perla que se cultivaba en La Masia. Una chaval de piel blanquecina nacido en Fuentealbilla. «Tú me retirarás a mí pero este nos retirara a los dos», aventuró Guardiola al centrocampista después de verle jugar y de entregarle el trofeo de campeón de la Copa Nike en 1999. Dos años más tarde, le hablaron de Cesc Fàbregas y le dedicó esa camiseta que guarda el padre del último fichaje en Arenys de Mar junto con otros recuerdos de su anterior etapa azulgrana. Como las primeras botas de su hijo, unas Puma del número 27. «Cesc era introvertido y tímido, pero cuando pasaba el centro del campo se transformaba», contó Borrell, que detectó la tristeza en la que cayó su discípulo con la ruptura familiar.

TODOS REUNIDOS /Guardiola se despidió del Barça en el 2001, la primera temporada del trienio negro de Joan Gaspart. Diez años después,el profetareunió ayer en el vestuario a todos sus sucesores. Está Xavi, está Iniesta y está ya Cesc. Todos loscuatrosque empezó a parir La Masia desde que Johan Cruyff instauró, con Ronald Koeman, el primer cuatro, esa figura del mediocentro organizador representada con ese dorsal, aunque ninguno de ellos ocupe hoy en día esa posición. Tampoco la desempeñó Koeman, que ejercía de defensa central.

Xavi e Iniesta discurren de interiores, protegidos por la moderna versión delcuatro que personifican Busquets y Mascherano. La función no es meramente organizativa como antaño, sino que es el nexo de unión con los defensas y el escudero que protege a lospequeños, bajo las órdenes del 4 más conocido.