Messi, como siempre
La estrella mantiene su papel determinante pese a que la delantera con Neymar y Suárez no acaba de encajar
La historia se repite con Leo Messi, incansable en el inacabable reto de superarse a sí mismo y callar las bocas que llevan años anunciando su declive. Mientras en Madrid han estado días y días anunciando el récord de Cristiano Ronaldo, que no pudo cumplir, víctima de su propia ansiedad, Messi apareció del silencio para pasar por delante y ponerse a la altura de otro icono blanco, Raúl, al que acabará superando igual que ya hizo con Di Stefano y hará con Zarra. Más valioso que la cifra de 71 goles fue su papel determinante, una vez más (y van...) para resolver un partido que el Barça tenía cuesta arriba.
«Es el mejor jugador que he visto en toda mi vida», confesó Luis Enrique, que desde el primer día utiliza un lenguaje diferente cuando se trata de hablar de Messi. Él, que siempre se resiste a personalizar para poner por delante el grupo y que, por ejemplo, se muestra más distante a la hora de juzgar a Neymar, no duda en hacer una excepción con Leo. Y no hay mejor reflejo de ese trato distinguido que el diálogo a distancia, pero lleno de complicidad, del cambio frustrado ante el Eibar. Nada nuevo. Los mismos elogios y el mismo trato preferencial se vivió con Guardiola, con Tito y con Tata.
El récord de Zarra
Curiosamente, el récord que más tiene a tiro se le ha resistido, el de Zarra (está a un gol de igualar los 251), y, casualidad o no, en los dos últimos partidos que se ha quedado sin marcar (Madrid y Celta), el Barça ha perdido. La próxima cita le llega mañana en Almería, en una jornada donde el Barça necesita ganar para disipar dudas, y evitarse el ruido que un tropiezo provocaría durante el inmediato parón de dos semanas cuando Leo jugará con Argentina. Ahí se reencontrará con Martino, que esta semana dejó en el aire la sensación de que su capitán no está satisfecho de su rendimiento. «Messi está preocupado por encontrar su mejor versión, lo sabe y se hace mala sangre con esto». La presencia en Barcelona del fisioterapeuta de la selección y hombre de su máxima confianza, Marcelo D'Andrea, se inscribe en esta línea de recuperar las mejores sensaciones.
Entre los ajustes que debe realizar Luis Enrique figura también la distribución de los tres delanteros. Sin Suárez, la conexión Messi-Neymar ha dado mejores resultados en unas semanas que en toda la temporada pasada, donde las dos estrellas apenas se encontraban en el campo. Ahora, la presencia del uruguayo ha provocado un cambio que, de momento, no está bien resuelto. Suárez todavía no ha marcado. En Ámsterdam, Messi se mostró más cómodo arrancando desde la derecha y con el uruguayo en el centro al permitirle tener más espacios. La fórmula parece conducir a un intercambio constante de posiciones. En el fondo, la clave de todo es la de siempre: que Messi decida.
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