Bayern Múnich y París SG, las 'joyitas' que desea evitar el Barça en la Champions

No hace falta esperar al sorteo del lunes en Suiza. Si se cumple lo que anunció Luis Enrique («no será complicado, se coge el segundo de grupo con más puntos y ese es el nuestro», reveló el técnico) le tocará el Bayern Múnich, el rival más duro que se adivina en el inmediato camino de los octavos de final de la Champions. O sea, sería, como calificó el propio Luis Enrique, «la joyita» que le toca cada nuevo año, una vez cruzado el umbral de la liguilla. Bayern Múnich quedó segundo tras ser superado por el Atlético de Madrid en la liguilla, y el París Saint Germain, con un inesperado empate en su casa ante el Ludogorets, son segundos. Ambos encajan en el retrato-robot trazado por el asturiano.

Anda escarmentado Luis Enrique con el pasado de los sorteos europeos. En su primera temporada (14-15), camino del triplete que se alcanzó en Berlín, El Barça debió cruzarse con el Manchester City, uno de los más poderosos entonces. En la siguiente (15-16) se topó con el Arsenal de Wenger. Una visita a las islas, por lo tanto, ya tradicional para el Barça de Luis Enrique, quien no tiene mucha fe en lo que pase el lunes.

SORTEO CONDICIONADO

Se reunirán en Suiza los 16 mejores equipos de Europa. Estarán todos en un bombo muy condicionado por las circunstancias. No se pueden enfrentar equipos de un mismo país, dejando muy marcada ya la ruta que puede encontrarse el Barça. Y el Madrid, Atlético y Sevilla, enemigos que, en el mejor de los casos, solo encontrarían los azulgranas en cuartos.

Pero Luis Enrique, que se felicitó por cerrar una «casi perfecta liguilla» de Champions, solo empañada por la derrota en el campo del City, no está muy tranquilo. Si las bolas le dan la razón a Luis Enrique, el Bayern de Ancelotti, que no es líder en la Bundesliga, sería un enemigo terrible.

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Por mucho que ahora el conjunto bávaro no ande fino. Es segundo detrás del sorprendente Leipzig, que lidera la Liga alemana con tres puntos de distancia sobre el Bayern. Pero, en realidad, quien no es una «joyita» es el Barça de Luis Enrique, que intimida solo con recitar su imponente tridente ofensivo (Messi-Suárez-Neymar) sin olvidar su exquisito centro del campo con Iniesta-Busquets-Rakitic, que dirigió a los azulgranas en la final de Berlín con la Juve.

Nada de eso consuela, sin embargo, al técnico asturiano, pendiente ahora de la cita del sábado en Pamplona ante Osasuna para no cometer más errores en la Liga donde manda el Madrid, con seis puntos de ventaja tras el clásico. Y Europa quedará aparcada hasta la primera quincena de febrero cuando se dispute la ida de los octavos de final.

JUVENTUS, POSIBLE ENEMIGO BLANCO

El Madrid, que perdía el primer puesto en el minuto Ramos, después de desaprovechar un claro 2-0, cruza ahora los dedos para que Mónaco o Leicester sean su próximo rival en octavos. De esa manera, el equipo de Zidane evitaría a la Juventus, el enemigo más duro que se asoma en esa ruta. Arsenal y Napolés están en un segundo escalón con respecto al campeón italiano.

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El Barça, mientras, espera que por una vez, y sin que sirva de precedente, Luis Enrique se equivoque. Estaría feliz el técnico aulgrana si el bombo le lleva a Portugal (allí podría medirse con Oporto o Benfica) o le envía a Alemania, pero no para medirse al Bayern Múnich sino al Bayer Leverkusen, que deambula por el noveno lugar de la Bundesliga.

Al equipo andaluz tampoco le ha ido nada mal acabar segundo viendo la posible lista de enemigos. Sampaoli, en su primer año en el Sánchez Pizjuán, ha metido al Sevilla en octavos y tiene talento suficiente para derrotar, por ejemplo, a Arsenal y Dortmund, los más peligrosos.

Tanto Barça como Atlético, que tendría en el City de Guardiola a su mayor enemigo, tendrán el factor campo a su favor ya que disputarán la vuelta (marzo del 2017) en el Camp Nou y Calderón, respectivamente. Madrid y Sevilla, en cambio, tendrán que jugarse su futuro europeo lejos de su casa.