El oscuro 'caso Bartra'

El defensa, convertido en el quinto central del Barça, anuncia que no bajará los brazos y busca rebelarse para convencer a Luis Enrique

Piatti y Bartra pelean por un balón en Mestalla.

Piatti y Bartra pelean por un balón en Mestalla. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Hacía dos meses que no era titular con el Barça, convertido, muy a su pesar y ya de forma casi definitiva, en el quinto y último central para Luis Enrique. <strong>Apareció Marc Bartra en Mestalla</strong>, curiosamente, ejerciendo de central diestro en una innovadora línea de tres zagueros junto a Vermaelen (central y pivote) y Mathieu (central zurdo). Jugó en ese mismo estadio donde una deslumbrante carrera de Bale en la final de Copa (2014) con el Barça de Tata Martino le condenó a ojos de muchos, olvidando incluso que él, precisamente él, había dado al equipo aire y esperanza con un soberbio cabezazo que era el 1-1.

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Pero luego cabalgó Bale por la banda izquierda, él no lo pudo frenar, Pinto equivocó la toma de decisiones (esperó tanto al galés que casi se le cayó el larguero encima) y desde entonces aquella final tan bartriana, del éxtasis a  la más profunda decepción, resume su extraña trayectoria en el primer equipo. Volvió a Mestalla y, en menor medida, se reprodujo esa misma escena. No estaba Bale, pero se cruzó Munir, por ejemplo, para quitarle otro gol de cabeza. Era sí o sí. Pero el delantero ni vio a Bartra llegar por detrás y le quitó, tal vez, el remate más fácil de su vida. Luego, <strong>Luis Enrique</strong>, obsesivo en los detalles, abroncó a los centrales (Bartra, incluido), por algunos desajustes defensivos en esa línea de tres, que quedaron simbolizados en el estéril gol de Negredo.

Aunque ni esos dos largos meses de ostracismo han modificado la voluntad de Bartra. «Nunca voy a bajar los brazos», sostuvo en las catacumbas de Mestalla, ese estadio donde pudo salir coronado hace casi dos años. «Mi objetivo es hacer historia en este equipo y aportar

cosas», afirmó el defensa, quien no para de introducir estímulos nuevos (Puyol es ahora su nuevo representante) en su carrera para derribar las barreras que van apareciendo. Debutó con Guardiola en el Calderón, ejerciendo además de lateral derecho, y en Valencia jugó más pegado a la banda que al eje. En el camino más dudas que certezas. ¿Por qué no se asienta Bartra como central?

PIQUÉ Y MASCHERANO, INTOCABLES

Guardiola le abrió la puerta, el difunto Tito no creía mucho en él, Tata, tampoco. Y Luis Enrique, que lo tuvo en el Barça B, prefiere no tocar a su pareja preferida (Piqué y Mascherano) y cuando hay algún problema, mira antes a Vermaelen o a Mathieu. Si no le queda más remedio, elige a Bartra. «Son situaciones que no son fáciles de llevar, pero no es la primera vez», afirma con un tono de cierto hastío, intentando, al mismo tiempo, rebelarse, tomando quizá como ejemplo a Sergi Roberto. Un joven que tuvo la paciencia necesaria para reinventarse como comodín de lujo, capaz de desplegar su potencial en siete de las 11 posiciones.

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«Tengo la confianza de los compañeros y, poco a poco, quiero ganarme la del entrenador», asume Bartra, convencido, y por razones obvias, de que no la tiene. Debería ser, por su estilo y condiciones –central de toque, con buena salida de balón– el sustituto de Piqué. Pero aún no lo es para Luis Enrique. La duda es si llegará a serlo algún día. O él, a sus 25 años, se cansa de su complejo presente en el que tiene un papel marginal, que le empujaría a irse de su casa en junio sin cumplir el contrato que le une al Barça hasta el 2017.

        Mientras debate consigo mismo si hace las maletas y abandona su sueño, Bartra vive sumergido en otro período oscuro. Jugó en Mestalla el único partido de titular en los dos últimos meses tras un confortable 7-0 en la ida, después de salir cuatro ratos (Betis, Espanyol, Athletic y Valencia) tras vivir más tiempo en el banquillo. Hasta nueve encuentros estuvo sentado sin sacarse siquiera el chándal desde inicios de diciembre. Y hasta en dos partidos lo envió Luis Enrique a la grada. «Vienen semanas y meses muy bonitos, hay que seguir trabajando y ayudando al equipo para poder jugar», contó el defensa antes de salir del estadio bartriano.