Una acción muy costosa

La junta de Bartomeu y 11 de los 17 exdirectivos firman un pacto para presentar para que la asamblea cierre un largo y doloroso conflicto judicial

Rosell y Bartomeu, junto a Freixa, en la asamblea de compromisarios del Barça del 2010 donde se puso en marcha la acción de responsabilidad.

Rosell y Bartomeu, junto a Freixa, en la asamblea de compromisarios del Barça del 2010 donde se puso en marcha la acción de responsabilidad. / periodico

JOAN DOMÉNECH / DAVID TORRAS

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Han pasado seis años desde que Sandro Rosell planteara a la asamblea de compromisarios la decisión «social más trascendental de la historia del Barça» y que acabó ejecutándose por 29 votos (468 a favor, 439 en contra y 113 en blanco), una diferencia minúscula que en todo este tiempo ha provocado un largo y costoso conflicto.

Una herida que no ha dejado de supurar y que ha sumido a la mayoría de los afectados en un infierno emocional, que en algunos casos han debido soportar pese a que entraron en el club en la etapa final y no cuando se produjeron algunos de los hechos objeto de esa denuncia.

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Esa condena les ha perseguido, y ni la posibilidad de cerrar este episodio les hace bajar la vista, y olvidar y perdonar. Además de Laporta, la lista incluye a Magda Oranich, Patric Auset, Ignasi Macià, Rafael Yuste, Josep Cubells, Elena Fort, Jacint Borràs, Josep Antoni Colomer, Albert Perrin, Joan Boix, Jordi Torrent, Jaume Ferrer, Xavier Sala i Martin, Alfons Castro, Alfons Godall y Xavier Bagués. 

La acción de responsabilidad,  sostenida sobre la acusación de haber cerrado Laporta su mandato (2003-2010) con 48,7 millones de pérdidas, presuntamente, se ha mantenido como el gran foco de tensión entre aquel grupo y la junta de Rosell, primero, y de Bartomeu, después.

La acción se llevó a cabo a pesar de que Rosell admitió que no era justo poner a todos «en el mismo saco», en alusión a directivos que no participaron en algunas decisiones –porque no estaban en la junta– y después de haber apelado al «espíritu de Mandela» para pacificar el Barça al ganar las elecciones.  Esa decisión provocó justo el efecto contrario. 

FALLO EL 12 DE ENERO

Rosell votó en blanco para sorpresa de sus propios compañeros, mientras que Bartomeu lo hizo a favor. También fue el responsable, ya como presidente, de recurrir hace dos años la decisión del juez de desestimar la demanda y dar la razón a Laporta (determinó que hubo 4,097 millones de beneficios), en contra de la pretendida voluntad de cerrar el tema y lograr la paz social.

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Ahora, a tres semanas de que se conozca el fallo (el 12 de enero), el club ha cambiado de estrategia y su intención es acudir a la asamblea con la opción de retirar el recurso y cerrar el asunto. Una asamblea que se convocó para que los compromisarios ratificaran el acuerdo de patrocinio de Rakuten (firmado el 16 de noviembre) y otro con Mission Hills Group para la creación de una gran escuela de fútbol en Haikou, en la isla china de Hainan. Pero también se introdujo la votación sobre «la propuesta relativa» a la acción de responsabilidad.

ACUERDO A MEDIAS

La «propuesta respecto a la acción de responsabilidad», es el tercer punto del orden del día, sin que exista mayor concreción. «Se sabrá en el último momento», aseguró una fuente del club de una proposición desconocida. Pendiente, fundamentalmente, del fruto de unas negociaciones contrarreloj entre los abogados para alcanzar un pacto sin esperar a la sentencia de la Audiencia Provincial.

El club exigía que todos los exdirectivos aceptasen el acuerdo como condición para presentar la propuesta a la asamblea. «Nos exigen unanimidad a nosotros cuando ellos no la tuvieron al votar», lamenta Perrin. Esa condición no se ha cumplido pero a última hora se ha cerrado un acuerdo a medias. De los 17 afectados, 11 han firmado el pacto rubricado por el CEO del Barça Oscar Grau y el responsable del área jurídica Jordi Calsamiglia. y que en teoría deberá presentarse a la asamblea. Los seis restantes (Laporta, Sala Martin, Yuste, Elena Fort, Bagues y Maciá) se mantienen firmes y lo han rechazado. El recurso se mantendría para ellos vote lo que vote la asamblea con la posibilidad de que acabe en el Supremo y se alargue unos años más. La tensión se mantiene.