EN ESTADO PURO

Asistencia de Alves con suspense y rabia luego en el festejo del gol

Dani Alves, en acción.

Dani Alves, en acción.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A Dani Alves se le quiere o, en muchas ocasiones, se le odia. Deportivamente hablando, claro. Si está contigo, lo adoras. Si lo tienes enfrente, lo detestas. A veces, aun siendo compañero tuyo también puede desesperarte. Todas esas contradictorias sensaciones las tuvo ayer durante unos breves segundos Pedro. Estaba al borde del área pequeña aguardando que el defensa brasileño tomara una decisión. Suya era la pelota, suya era la decisión. Alves, un lateral en el área enemiga -no por habitual debe dejar de ser noticia-, se tomó su tiempo para asistir a Pedro. El Camp Nou se puso nervioso; Pedro, también. Todos le pedían a Alves que le diera la pelota, una vez éste había decidido no disparar a puerta cuando parecía lo más fácil (le cayó en la pierna izquierda y no en la derecha, en la suya), hasta que el brasileño le cedió el cuero a su amigo.

Pedro marcó después de un suspense previo que desquició a todos, Alves es así. Y así fue su quinta asistencia de gol en la Liga, festejada después con rabia mirando al público: «Tranquilos, yo sé lo que hago». Enrabietado, lleno de energía, como si lo desafiara. Así es Alves, que también le dio la sexta asistencia . A Pedro, por supuesto.