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Alves, en el aire

Los jugadores del Barça bromean durante el entrenamiento

Los jugadores del Barça bromean durante el entrenamiento / periodico

JORDI TIÓ / Burton-Upon-Trent (Enviado especial)

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Sobran tres y falta uno. De esta forma tan llana puede expresarse la situación de la plantilla del Barça, que hoy cumple su cuarto día de preparación en la estadía de Saint George's Park, en Inglaterra, después de que ayer los jugadores disfrutaran de la primera tarde de fiesta. La dirección deportiva del club sigue trabajando en la configuración del grupo con la idea de dar otras tres bajas, siempre que las condiciones lo permitan, y cerrar otro fichaje. A Luis Enrique le gusta trabajar con grupos reducidos (20 o 21 jugadores) para potenciar la competencia y evitar que nadie se duerma, y tirar de la gente del filial cuando haga falta. Por eso el técnico hace cuentas y le sobra gente.

Y tres son los nombres que claramente andan con una cruz marcada en ese deseo de aligerar la plantilla. Uno de ellos es Dani Alves, un jugador que ha tenido una relevancia extraordinaria durante el periodo más brillante del equipo en los últimos años pero que se considera que su ciclo ha terminado, unas sensaciones ratificadas especialmente la pasada temporada, en la que el lateral evidenció claros síntomas de pérdida de rendimiento.

Marquinhos y Cuadrado

Por eso el club trabaja con la idea decidida de traer otro refuerzo para la defensa, especialmente un central que también pueda jugar ocasionalmente de lateral derecho, enviando de paso el mensaje a Alves de que lo tendrá bastante más complicado para ser titular indiscutible. El elegido es Marquinhos, por el que el Barça ha llegado a ofrecer 45 millones. El problema es que el Paris SG, que ya cuenta con otros dos centrales teóricamente titulares (Thiago Silva y David Luiz), no quiere desprenderse de su jugador, ni siquiera como cedido, alternativa que el Barça también ha sondeado sin éxito.

Ante la dificultad de traer al joven brasileño (20 años), otra alternativa es la de Cuadrado, aunque el Barça choca con las elevadas pretensiones de la Fiorentina, que pide 50 millones por el carrilero colombiano, de 26 años, un potente jugador que barre de arriba a abajo la banda derecha y que, de llegar, cerraría definitivamente el paso a Alves. El jugador, además, no quiere marcharse de mala manera de su club, como desvelaba ayer su agente, Alessandro Lucci, en Tuttomercatoweb.com. «"e tenido contacto directo con el Barcelona y nunca ha pedido utilizar estrategias similares", decía Lucci, negando que el Barça hubiera pedido al jugador que se rebelara ante la negativa de la Fiore a traspasarle.

Hasta el 31 de agosto

A pesar de estas dificultades, el Barça sigue trabajando en estos dos nombres (de venir, solo será uno) y ya baraja nuevas alternativas. "Uno más vendrá seguro", asegura una fuente de la entidad, tranquila porque todavía queda todo el mes de agosto para cerrar una de estas incorporaciones. Mientras, Alves sigue tranquilo. Le queda otro año de contrato (de quedar libre la próxima temporada puede conseguir una buena prima de fichaje en su futuro equipo) y tras regresar de Brasil ya expresó su deseo de continuar en el Camp Nou, por más que antes de la cita mundialista dejara entrever que sus días como azulgrana tocaban a su fin.

Song Afellay son los otros dos jugadores que también tienen, desde hace tiempo, las puertas abiertas para buscarse la vida lejos de Barcelona. El camerunés, por el que se pagaron 19 millones al Arsenal, tiene difícil ubicación tras evidenciar que ni puede jugar de central ni tampoco rinde como mediocentro, por lo que su papel ha sido cada vez más residual. Lo mismo sucede con Afellay, martirizado por las lesiones, que fue fichado al PSV en el 2010 por tres millones. Song termina contrato en el 2017 y el holandés, en el 2015. El problema para el Barça es que no ha tenido una sola oferta por ambos, por lo que tampoco se descarta que se les dé la carta de libertad, alternativa complicada en el caso de Song por su elevado coste.