De la historia a la historieta

Decía Gila que «el humor es un arma contra los que intentan pisar a los demás». Por eso no es extraño que un diario como este, nacido con un ideario democrático, independiente y de complicidad con el ciudadano, haya acogido a un ramillete de grandes dibujantes de viñetas que han puesto su arte al servicio del análisis de la actualidad desde posiciones críticas. Por las páginas de EL PERIÓDICO han desfilado en los últimos 35 años grandes maestros del humor en prensa. Perich, Gila, Ivà, Trallero d'A, Martinmorales, José Luis Martín, El Roto, Nando, Horacio Altuna, Óscar Nebreda y Ferreres han afilado  sus lápices bajo esta cabecera con la sana intención de explicar una realidad compleja a través del dibujo y de los hilarantes diálogos de sus criaturas. Ellos, aunque suene a tópico, han firmado algunos de los más agudos editoriales del diario. Lo han hecho desde posiciones ideológicas diferentes, pero siempre con un sentido de defensa de los débiles, atentos a los abusos del poder, a los comportamientos autoritarios o corruptos, a las injusticias, a los vertiginosos cambios sociales.

Perich sostenía que «siempre habrá hechos y personajes que, en lugar de pasar a la historia, merecen pasar a la historieta».  Y, ciertamente, la imagen que proyectan los grandes hombres públicos encerrados en el rectángulo de una viñeta es mucho más real y menos pomposa que las reflejadas en las crónicas parlamentarias o deportivas. En el caso de EL PERIÓDICO, los humoristas no han aspirado tan solo a arrancar de  los lectores la también tópica sonrisa de cada mañana. Mucho más ambiciosos, han tratado de diseccionar los hechos y ponerlos en una perspectiva diferente, nada edulcorada y más cercana al público.

Por eso, dándole la vuelta al argumento de Perich, buena parte de nuestra historia reciente puede rastrearse a través de la historieta.