ESTABA EN MANOS DEL EI DESDE EL 20 DE MAYO

El Ejército sirio logra el control total de Palmira

El sábado ya habían recuperado la mayor parte de la ciudad, incluidas sus ruinas grecorromanas

El Ejército sirio celebra su victoria en la ciudad de Palmira

El Ejército sirio celebra su victoria en la ciudad de Palmira / CK/FL/KR/YJ/

ANA ALBA

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Las fuerzas del régimen sirio, con el apoyo de los bombardeos de la aviación rusa, han arrebatado la ciudad de Palmira al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que la tenía en su poder desde el 20 de mayo del 2015. El Ejército sirio recuperó el sábado la mayor parte de la localidad, incluidas sus ruinas grecorromanas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y este domingo ha expulsado a los yihadistas de la ciudad.

La reconquista de Palmira, situada en el centro de Siria, a unos 215 kilómetros al noreste de Damasco, representa la victoria más importante del régimen del presidente sirio, Bashar el Asad, sobre el EI, desde que se inició la intervención de sus aliados rusos en la guerra el pasado septiembre.

La derrota de los yihadistas en Palmira, conocida como “la Novia del Desierto”, ha sido calificada por Asad de “logro importante y prueba viva de la eficiencia del Ejército sirio y sus aliados en la lucha contra el terrorismo”.

GOLPE DURO

La pérdida de Palmira supone el golpe más duro de los últimos que ha sufrido el EI, presionado desde hace meses en varios frentes en Siria y en Irak. Los yihadistas se enfrentaban, en los últimos días, a la ofensiva del Ejército sirio en Palmira -apoyado por milicias aliadas como la libanesa chií Hizbulá- y a la de las fuerzas iraquís, respaldadas por las kurdas y la coalición internacional liderada por EEUU, en el sur de la ciudad iraquí de Mosul.

En su ofensiva para reconquistar Palmira, que empezó hace tres semanas, las tropas de Asad han capturado también un aeropuerto militar. Los aviones rusos efectuaron entre el viernes y el domingo 40 salidas y bombardearon 158 objetivos. En los ataques mataron a un centenar de yihadistas, según indicó el ministerio de Defensa ruso.

Las fuerzas de Asad han aprovechado el alto el fuego con los rebeldes, del que quedaban excluidos el EI y el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria. Rusia anunció el final de su intervención en Siria, pero advirtió que seguiría atacando objetivos yihadistas.

EXPLOSIVOS TRAMPA

Para avanzar en algunas zonas de Palmira, los militares han tenido que desactivar explosivos trampa diseminados por el EI, según han informado la televisión estatal siria y la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

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El general sirio Ali Mayhub afirmó que la pérdida de Palmira representa “un golpe mortal para el Daesh (acrónimo árabe del EI), mina la moral de sus mercenarios y marca el inicio de su derrota y retirada”.

Según Mayhub, recuperar Palmira llevará a avanzar hacia la ciudad de Raqa, capital del autoproclamado califato del EI, hacia la frontera con Irak, controlada en gran parte por los yihadistas, y hacia a Deir Ezzor.

Para el EI, Palmira era un importante punto de suministro en la línea que conectaba los territorios que controla en el centro y el norte de Siria y la provincia de Al Anbar, en Irak, donde el grupo extremista domina grandes áreas.

CIVILES TRASLADADOS

En los 20 días de combates que han precedido a la recuperación de Palmira por el régimen de Asad, han muerto al menos 400 yihadistas y 188 soldados sirios y miembros de milicias afines a Damasco, según el OSDH. “Este es el balance más grande (de bajas) para el EI en una sola batalla”, ha afirmado el OSDH.

Según testigos citados por la agencia Associated Press, el EI se ha llevado de Palmira a todos los civiles de la ciudad hacia otros territorios que tiene en su poder. En cambio, personas que huyeron de la localidad antes de la llegada de los yihadistas pueden regresar ahora. “Es una alegría para nuestra gente volver a casa. Aunque estamos tristes al ver dañada esta ciudad histórica”, ha indicado Sohban Eleiwi, un comerciante de Palmira que vive en Homs y quiere retornar a su hogar.

Otros vecinos, en cambio, no piensan regresar. “No odiamos al régimen menos que al Daesh, se comportan igual”, ha asegurado Osama Jatib, un habitante de Palmira que huyó a Turquía hace tres años después de ser encarcelado por participar en protestas opositoras.

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