¿Es posible expulsar a Grecia del euro?

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Hace meses, incluso años, que la posible salida de Grecia de la zona euro está sobre la mesa de los Gobiernos europeos. La canciller alemana Angela Merkel y el expresidente francés Nicolas Sarkozy ya amenazaron en 2011 al exprimer ministro griego, Georges Papandreu, con la expulsión del club cuando intentó convocar un referéndum sobre el segundo rescate. La advertencia tuvo efecto y Grecia volvió al redil convocando elecciones anticipadas y formando un Gobierno de gran coalición. Cuatro años después, y pese a los continuos mensajes de «irreversibilidad» de la moneda, el referéndum de Tsipras ha vuelto a despertar los fantasmas. ¿Es posible expulsar a Grecia del euro si gana el no? ¿Puede terminar fuera de la UE?

«Un sí dará la perspectiva de la permanencia en la zona euro pero las condiciones no serán fáciles. Un no terminará en un Grexit -acrónimo en inglés para la salida de Grecia del euro- con un futuro incierto y unos costes muy elevados para la sociedad griega, al menos inicialmente», sostiene en una tribuna publicada ayer Guntram Wolff, director del think tank Bruegel.

Pese a opiniones como esta, lo cierto es que la salida de un país de la Eurozona sigue siendo «territorio inexplorado». Nunca nadie se ha marchado, ni por voluntad propia ni expulsado, y el Tratado de Lisboa no contiene ningún mecanismo que regule un proceso de este tipo, más allá del artículo 50 que recoge el procedimiento en caso de que un país decida marcharse.

«Legalmente, no es posible expulsar a Grecia de la Eurozona. La pertenencia a la zona euro fue intencionadamente diseñada para que fuera irrevocable. No hay una vía formal para que se marche del euro a menos que salga de la UE e incluso una salida de la UE no es una opción viable porque podría llevar años», opina Frank Häge, profesor en la universidad de Limerick.

Acuerdo político

«Solo podría ocurrir en estrecha colaboración con los Estados miembros y tras un acuerdo político entre las instituciones», añade Karolina Boronska-Hryniewiecka, del instituto polaco de asuntos internacionales.

La continuidad de Grecia en el euro podría, sin embargo, verse complicada si el BCE, que mantiene la respiración asistida a los bancos griegos, decide retirar el acceso a la línea de liquidez de emergencia (ELA), congelada desde el pasado 28 de junio y lo que llevó a Atenas a decretar el corralito. «Si el BCE decide cortar la ELA el lunes, el sector bancario colapsará y el Gobierno griego se verá obligado a reintroducir otra moneda. Es una decisión política y el BCE no debe ser quien la tome», apunta el investigador de Bruegel, Gregory Claeys, que considera «un error político» sacar a Grecia de la zona euro.

En su opinión, aunque gane el no, los gobiernos de la zona euro deben negociar«Si hay un país que sale del euro les demostrarán a los votantes del Frente Nacional que es posible y que el euro es reversible. Sería muy dañino. Espero que jueguen su papel y traten de convencer a Alemania de que el Grexit no es una solución inteligente», considera el experto de Bruegel.